Sacar adelante ideas innovadoras y prometedoras en el competitivo y difícil mercado ecuatoriano es uno de los objetivos del centro Prendho, que impulsa desde el bioemprendimiento hasta la impresión 3D mediante el uso inteligente de recursos.
Galletas de quinua edulcoradas de forma natural, mermeladas infantiles sanas y nutritivas, hongos naturales potenciados, impresiones 3D con botellas recicladas o bebidas energéticas de guayusa son algunas de las ideas que este centro de la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL) está sacando adelante.
"Nuestros emprendimientos piensan en cómo tomar individuos (productos) de nuestra biodiversidad, tanto flora como fauna, y aprovecharlos de una manera sostenible para generar ofertas de valor", explicó a Efe Marcos Vega, director ejecutivo de un centro creado, en su primer formato, en 2010.
Situado en la ciudad de Loja, en el extremo sur del país, casi en la frontera con Perú, Prendho ha acumulado varios premios como Mejor Incubadora entre 2015 y 2017, pero lo que más sorprende de su potencial es la jovencísima edad de muchos de sus emprendedores y el que muchos sean mujeres.
Victoria Ramón, de apenas 19 años y estudiante de derecho en otra universidad de la ciudad, trabaja en una plataforma online de refuerzo académico en matemáticas para cambiar la percepción de esta complicada ciencia, y que los alumnos no la vean como "aburridas y difíciles".
"Estamos diseñando una estructura metodológica completamente diferente acorde a los chicos, ahora ya incluso estamos en las validaciones, trabajando con los chicos, con un banco de tutores", dijo esta joven.
"Nuestra pasión -agrega- es convertir y transformar la educación".
Educación aplicada es lo que precisamente fomenta el emprendimiento, mediante la fusión entre el sector académico y de investigación con el empresarial, para juntos dar una oportunidad a aquellas ideas que, de otra manera, se quedarían en el tintero.
"La apuesta de Prendho y de la UTPL es desarrollar una estructura que le permita a la gente -no importa si está o no vinculada con la universidad- llevar adelante ideas disruptivas, ideas innovadoras que se conviertan en negocios", señala Vega, un costarricense que vive en Ecuador desde hace año y medio.
Economista agrícola con especialización en agronegocios, antes había dirigido la Escuela Agrícola Panamericana, en Honduras, y en el Prendho impulsó un nuevo programa que ha multiplicado los nuevos proyectos asumidos de 70 en el período 2013-2018, a 75 en el último año.
Su idea es impulsar aquellas iniciativas que sean de impacto en la economía, con el fin de hacer un aporte al desarrollo de Ecuador, un país donde la investigación es relativamente nueva.
Prendho rescata en ese sentido el aprovechamiento de la gran biodiversidad del país, que en un 50 por ciento, según Vega, se concentra en el sur.
"No hablo de la explotación de esos recursos, sino del uso inteligente de ellos", precisa.
Un ejemplo son unos hongos silvestres con propiedades importantes para el ser humano, y que está en vías de convertirse en un snack.
También la alta tecnología tiene su lugar en el gran salón de este centro.
Karen Aimar, otra de las más jóvenes y la última en incorporarse al equipo del proyecto Tachapir 3D, busca la innovación en el área de la impresión de uso médico, con el reciclaje de botellas de plástico de las que se hace un filamento que reduce los costos.
Tecnología, informática, robótica y agroindustria son solo algunos de los campos que se conjugan en esta incubadora, que también ofrece sus servicios al sector privado para resolver problemas técnicos.
Este ecosistema de innovación ha dado vida también al proyecto de Jessica Castillo, de 26 años, dedicado a la elaboración de bebidas hidratantes y energizantes a base de guayusa.
Este árbol endémico de la Amazonía ecuatoriana tiene muchas propiedades beneficiosas, como un antioxidante y un alto contenido de cafeína, explica la joven.
"Por eso hemos visto la oportunidad de hacer bebidas naturales que energicen al consumidor de forma natural", sostiene.
La guayusa ya es exportada por Ecuador como materia prima y, en algunos casos, regresa al país como producto manufacturado, una ecuación que Castillo quiere revertir para que el producto se haga en el país.
La estrategia de Prendho incluye una visión comprensiva de la innovación y el emprendimiento, en la que la cadena productiva beneficie a toda la comunidad y proteja el medioambiente.
"Para las comunidades es muy importante que les compremos su materia prima porque ellos solo viven de la agricultura. La guayusa, se puede decir, es para ellos como una maleza que crece naturalmente en los bosques amazónicos, así que les es súper rentable venderlo", indica la joven emprendedora.
Sus proveedores de materia prima son asociaciones de El Pangui y Zumba, ambas a más de 160 kilómetros en la vecina provincia de Zamora Chinchipe, en plena Amazonía.
Algunos de los productos de esta incubadora se comercializan ya en establecimientos por todo el país, y está ahora a la caza de interesados dispuestos a llevar a las estanterías extranjeras la extraordinaria biodiversidad ecuatoriana.