El gigante cárnico JBS prevé invertir 8.000 millones de reales (unos 1.900 millones de dólares) en Brasil en los próximos cinco años, según explicó el primer ejecutivo de la compañía, Gilberto Tomazoni, en una entrevista publicada este jueves por el diario Valor Económico.
Las inversiones del grupo, según el ejecutivo, coinciden con la creciente demanda global de carne, pero no están relacionadas con el aumento de las importaciones por parte de China, que este año se ha visto afectado por un brote de peste porcina africana.
El creciente aumento de ventas a China, así como la fuerte apreciación del dólar en el país suramericano, ha disparado el precio de la carne bovina en Brasil.
"No era posible hacer una inversión de ese porte pensando en China", aseguró Tomazoni, quien recordó que, según las estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), hasta 2025 la oferta de proteínas tendrá un aumento del 70 %.
Las inversiones previstas por JBS serán destinadas principalmente para aumentar la capacidad de producción de los segmentos de carne de pollo, cerdo y procesada y, según explicó, la mayoría de los fondos serán obtenidos a través de la generación de efectivo.
Dicha expansión, precisó, podría generar hasta 25.000 empleos directos, los cuales se sumarían a los 130.000 que la compañía tiene actualmente en todo Brasil.
La mayor parte de los empleos los concentra actualmente su división Seara, especializada en la elaboración de productos cárnicos y que recibirá la mayor parte de los 8.000 millones de reales en inversiones previstos por la compañía hasta 2024.
La firma ha sido objeto en los últimos años de diversos escándalos, entre ellos la operación policial "Carne fraca" (carne débil), que destapó una red que falsificaba los resultados de los exámenes de calidad que se hacían a las muestras de sus productos.
Además, los propietarios de JBS, Joesley y Wesley Batista, estuvieron envueltos en otros asuntos de corrupción relacionados con el pago de sobornos a cientos de políticos y por los que estuvo varios días arrestado el expresidente Michel Temer.
Tras los múltiples escándalos de corrupción, JBS se vio obligada a poner en marcha un programa de venta de activos, necesitada de liquidez para saldar deudas y mantenerse en un mercado que le cerró el acceso a créditos.