Responsables de marcas automovilísticas consideran que para que el coche eléctrico gane cuota hay que dar a conocer que en poco tiempo acaba resultando más rentable que uno de combustión, aunque creen que, por el momento, seguirá precisando de planes de ayudas para amortiguar el impacto inicial de su compra.
El consejero y director general de Nissan Iberia, Marco Toro, ha explicado este martes en una jornada sobre Electromovilidad y Cambio Climático que un coche eléctrico suele costar unos 5.000 euros más que uno de combustión cuando se adquiere, pero en su uso se ahorra un 90 % en el precio del combustible y un 40 % en mantenimiento.
Con ello, un particular se ahorraría 2.500 euros al año, con lo cual en sólo dos años tendría amortizada la diferencia, ha dicho Toro, quien ha reconocido que la compra es aún cara y, por eso, las sumas que estaban en el plan de ayudas a la compra del vehículo eléctrico MOVES eran de 5.500 euros.
En este sentido, ha dicho que hasta que no haya un volumen suficiente de vehículos eléctricos en el parque automovilístico, las administraciones deben apoyarlo.
Toro ha pedido eliminar barreras y un plan de ayudas estable para el vehículo eléctrico para que no ocurra como ahora que, frente a los 28 españoles que dicen que comprarían un coche eléctrico, finalmente lo hace uno.
El director general de Hyundai Motor España, Leopoldo Satrústegui, ha indicado que para extender el vehículo eléctrico en España hacen falta planes de ayuda y ha dicho que los que ha habido hasta ahora no han sido suficientes.
En este sentido, ha afirmado que un 48 % de los ciudadanos pagaría hasta 3.000 euros más por adquirir un coche eléctrico, cantidad que, según Satrústegui, hoy por hoy no llega a la diferencia con un vehículo de combustión, que está entre 5.000 y 7.000 euros.
Ha afirmado que la cuota de vehículos eléctricos el mes pasado fue de un 0,8 % del mercado y ha añadido que para ver cifras por encima del 5 % "es necesario que todos arrimemos el hombro".
El director general de Porsche Ibérica, Tomás Villén, ha pedido planes de ayudas permanentes al vehículo eléctrico y no excluyentes, como ocurrió con los anteriores que dejaban fuera a los coches de más de 40.000 euros.
Ha destacado también la importancia de equiparar la experiencia de uso de un vehículo eléctrico a uno de combustión y para ello considera importante que la ley incluya la exigencia de que haya puntos de recarga de 150 kilovatios (Kw) y no sólo de más de 23 Kw como hace el anteproyecto de Ley de Cambio Climático para las gasolineras que vendan más de 6 millones de euros.
Asimismo, Villén ha solicitado que se declare de utilidad pública el desarrollo de infraestructura de recarga de alta potencia.
Las redes de recarga son el otro gran obstáculo a la penetración del vehículo eléctrico y sobre esta cuestión el director general de Endesa X, Josep Trabado, ha indicado que su compañía va poner en marcha 8.500 infraestructuras públicas de recarga hasta 2022 y a finales de año va a garantizar que cada 50 kilómetros en alguno de los sentidos de carreteras principales haya infraestructura de recarga.
Ha explicado que a fecha de hoy las infraestructuras públicas de recarga no se rentabilizan porque no hay suficientes usuarios y, en el caso de las infraestructuras de recarga privada en los aparcamientos, Endesa X prevé instalar 100.000 en los próximos cuatro años.
El director de Distribución de Electricidad de Naturgy, Raúl Suárez, ha defendido un plan que posibilite un plan de desarrollo rápido y ordenado de las infraestructuras de recarga, que permita costes menores por economías de escala.