La Generalitat ha recaudado 2,08 millones gracias al nuevo impuesto catalán sobre los activos no productivos, que grava los bienes de lujo a nombre de personas jurídicas pero que no se usan para actividades económicas, sino con fines particulares, según han avanzado a Efe fuentes del ejecutivo.
Se trata de un impuesto pionero entre las comunidades autónomas que el Govern pactó con la CUP en 2017, pero fue recurrido por el Gobierno español al Tribunal Constitucional, con lo cual el gobierno catalán no ha podido empezar a cobrarlo hasta este año, una vez declarado plenamente constitucional en febrero.
Entre los bienes que grava este impuesto están la vivienda habitual y las segundas residencias, los coches y vehículos de potencia de más de 200 caballos, las embarcaciones de lujo, los aviones privados y helicópteros y objetos de arte, antigüedades y joyas, todos ellos a nombre de empresas domiciliadas en Cataluña, pero que se usaban para actividades particulares.
El 30 de noviembre pasado terminó el plazo de presentación de la autoliquidación de este impuesto correspondiente a 2017, 2018 y 2019, y el balance es que 1.425 contribuyentes han presentado declaraciones por valor de esos 2,08 millones.
El importe recaudado es de 626.000 euros en 2017, de 718.500 en 2018 y de 741.000 en 2019.
Este gravamen busca evitar que grandes patrimonios coloquen propiedades a nombre de empresas para no tener que declararlas a través del Impuesto de Patrimonio.