Nueva Zelanda recordó hoy con un minuto de silencio a las víctimas de la erupción el pasado lunes del volcán Whakaari, situado en una isla deshabitada al noreste del país, que causó al menos 16 muertos.
La primera ministra, Jacinda Ardern, y su Gabinete se pusieron en pié para rendir tributo a las víctimas, mientras la comunidad de Whakatane, se congregó en la bahía que da al Whakaari, durante un homenaje al que se unieron miles de personas en el resto del país.
Unas 47 personas se encontraban en Whakaari, también conocida como White Island, cuando ocurrió la erupción, de las cuales 16 han sido confirmadas muertas, la última de ellas el domingo en un hospital de Australia, mientras los equipos de rescate buscan a dos desaparecidos en el mar.
Otras 14 personas siguen ingresadas con quemaduras graves en hospitales de Nueva Zelanda, la mayoría de ellas en condición crítica, y otras 12 luchan por sus vidas en los hospitales de Australia, a donde fueron trasladados.
El Whakaari entró en erupción el 9 de diciembre cuando se encontraba en un estado de alerta 2 de una escala de 5 que preveía leve actividad volcánica.
La erupción tomó por sorpresa a 24 australianos, 9 estadounidenses, 5 neozelandeses, 4 alemanes, dos chinos, dos británicos y un malasio que se encontraban de excursión.
La Policía ha abierto una investigación para determinar la responsabilidad por el suceso, incluidos los operadores turísticos que organizan viajes a esta isla, visitada por más de 17.500 personas en 2018.
El Whakaari, de 321 metros de altura y cuyo 70 por ciento de estructura se encuentra bajo el nivel del mar, se considera uno de los volcanes más activos de Nueva Zelanda y en ello reside parte de su atractivo turístico.
Asentado en el extremo suroriental del Anillo de Fuego del Pacífico, la última erupción antes del suceso sucedió en 2016 sin causar muertes, si bien el incidente anterior más mortal se registró en 1914 cuando murieron diez mineros a consecuencia del alud provocado por el colapso de parte del cráter.