Adif estudia un plan de despliegue de puntos de carga rápida de coches eléctricos por toda España para aprovechar la energía de frenado de los trenes que circulan por su red ferroviaria, a través de un sistema propio que lleva desarrollando casi una década, bautizado como "ferrolinera".
"Estamos diseñando el programa de negocio, pero no solo lo vamos a poner en nuestras zonas, en nuestro perímetro de actuación en las grandes ciudades", explicó hace unos días en la COP25 la presidenta de Adif, Isabel Pardo de Vera. El objetivo, dijo, es aprovechar "la capilaridad de nuestra red, tanto convencional como de alta velocidad". "Probablemente sean puntos de carga al servicio de las carreteras para fomentar el uso eléctrico".
Durante su intervención en una mesa redonda sobre "El futuro del Ferrocarril frente al Cambio Climático", la máxima responsable de Adif indicó que el dispositivo tiene "un coste muy reducido" para la empresa pública, puesto que tiene patentada esa tecnología. Pardo de Vera esbozó este plan tras recordar que la patronal de fabricantes de coches, Anfac, ha señalado recientemente que serán necesarios "cientos de miles de puntos de recarga" para permitir el despliegue del vehículo eléctrico. "Adif no es ajena al resto de sistemas de transportes", subrayó.
Por ahora, el grupo público tiene dos puntos de recarga rápida instalados en las estaciones de Málaga María Zambrano (desde septiembre de 2018) y de Santander (desde marzo de este año) que próximamente conectará a la catenaria para recibir la energía del frenado regenerativo de los trenes. El objetivo es "demostrar la viabilidad de una nueva tecnología que no ha sido investigada por ninguna otra entidad", subraya Adif, que señala que la iniciativa "podría ampliarse a otras terminales o espacios".
En su web, el grupo explica que "el proyecto presenta un importante potencial de desarrollo e implantación que contribuirá a impulsar el uso del vehículo eléctrico y la mejora de la sostenibilidad medioambiental, gracias a la posibilidad de instalar puntos de carga en la red ferroviaria española, que cuenta con 13.000 km de extensión y más de 1.500 puntos susceptibles de aprovechamiento por el sistema".
El alcance del plan de ''ferrolineras'' de Adif debería quedar perfilado en el Plan de Negocio Global para sus 1.500 estaciones (muchas de ellas, ubicadas en zonas estratégicas en el centro de las ciudades) actualmente en elaboración y para el que el grupo público sacó a concurso el pasado verano un contrato de consultoría estratégica. En él, debían identificarse "oportunidades de nuevos negocios" con objeto de incrementar los ingresos de la empresa estatal.
La patente de 'ferrolinera' de Adif protege la invención de la alimentación de las baterías del vehículo desde el sistema eléctrico ferroviario. Con este sistema, la energía liberada por el frenado regenerativo, si no es demandada por otros trenes que estén aplicando tracción, puede ser utilizada por el vehículo que esté conectado al punto de recarga.
En caso de no tener esa energía de frenado disponible en ese momento, la recarga se realiza con la energía existente en la catenaria. Para períodos de mantenimiento de la catenaria o incidencias, se incorpora un respaldo para ser alimentado desde la red de energía de la estación.
Así, "en la fase inicial de la puesta en servicio del sistema en ambas estaciones, se suministra energía procedente del transformador de la propia estación. En una siguiente fase, la energía se obtendrá de la catenaria aprovechando la recuperación procedente del frenado de los trenes" a través del último desarrollo de esta tecnología, la 'ferrolinera' 3.0, que ha intentado optimizar el desarrollo anterior, ya "con criterios de industrialización y considerando almacenamiento", explica Adif.
Con ese nuevo desarrollo, esa energía no se pierde, "sino que se puede recuperar y conducir hasta los puntos de recarga de vehículos eléctricos". La recarga rápida requiere potencias altas que suelen oscilar entre los 44 y 50 kW, aptas para ser suministradas desde la red de tracción ferroviaria, y puede realizarse en unos 30 minutos.
Origen en 2010El proyecto de 'ferrolineras' comenzó en 2010 con el desarrollo y montaje de un prototipo en el Laboratorio de Energía de Adif en Cerro Negro (Madrid), que acabaría derivando en una patente nacional e internacional. En 2011, se llevó a cabo el proyecto Ferrolinera 2.0, la primera instalación de uso comercial en la estación de Málaga. Ese prototipo ya utilizaba la energía recuperada del frenado a partir de la catenaria de alta velocidad, pero ofrecía una recarga lenta.
Las 'ferrolineras' es una de las principales iniciativas del denominado proyecto Ecomilla de Adif, que está incluido en su Plan de Lucha contra el Cambio Climático y que desarrolla el concepto de electromovilidad en sus estaciones. El objetivo de Ecomilla "es que el recorrido del viajero desde la estación hasta el punto de destino (o desde el origen a la estación) sea con un medio de transporte energéticamente eficiente y de bajas emisiones".
El grupo quiere "ejercer un papel tractor en el desarrollo de la industria tecnológica española, generando sinergias y contribuyendo a su fortalecimiento" 'ferrolineras', además de contribuir a la sostenibilidad y a la demanda de vehículos eléctricos.