El Congreso brasileño aprobó este martes el presupuesto del Gobierno para 2020, que prevé gastos por un total de 3,6 billones de reales (unos 857.142 millones de dólares) y que calcula para el año próximo un crecimiento económico del 2,32 %.
El proyecto elaborado por el Gobierno del ultraderechista Jair Bolsonaro contempla, entre otros puntos, que la inflación se mantendrá bajo control, en torno a un 3,5 % anual, una tasa que, de confirmarse, se situaría dentro de la meta establecida por el Gobierno, que es del 4 %, con un techo máximo del 5,5 %.
Asimismo, la creación de un fondo destinado a financiar las campañas políticas para las elecciones municipales del próximo octubre, por valor de 2.000 millones de reales (unos 490 millones de dólares).
Los cálculos volcados en el presupuesto aprobado este martes son optimistas y apuntan a que la economía del país reaccionará a las reformas estructurales promovidas por el Gobierno y se expandirá en 2020 un 2,32 %, frente al 1 % que se espera para 2019 y que fue el mismo crecimiento que se registró en 2017 y 2018.
También anticipa que el déficit primario del sector público, un problema crónico en Brasil, se mantendrá elevado y llegará en 2020 a 124.000 millones de reales (unos 29.523 millones de dólares).
El proyecto aprobado incluye además un ligero aumento del 3,31 % en el salario mínimo, que a partir de enero pasará de los actuales 998 reales (237,2 dólares) a 1.031 reales (245,4 dólares).
Los sindicatos han protestado contra ese aumento, que consideran ínfimo y sobre el cual han denunciado que apenas será equivalente a la inflación esperada para este año, por lo que no supondrá un alza real para el poder adquisitivo de los trabajadores.
El proyecto de ley de presupuesto fue aprobado en la tarde de este día por la Comisión Mixta de Presupuesto y esta noche por la plenaria del Congreso.