El Málaga CF, Cepsa o Telefónica tienen en común ser ejemplos del afán inversor de los petroestados en la economía española. La última operación, que afecta a la compañía de telefonía, constata especialmente el interés de países como Arabia Saudí, Catar o Emiratos Árabes Unidos por sectores estratégicos como la energía, el inmobiliario o, ahora, el de las telecomunicaciones.
La noticia saltó a última hora de este martes de manera inesperada. El Estado saudí, a través de su operadora STC, se convertía en el principal accionista de Telefónica, antiguo monopolio estatal español.