Los ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea se mostraron esperanzados por el alto el fuego pactado por Rusia y Turquía en el norte de Siria y pidieron afianzarlo, a la vez que se declararon mayoritariamente en contra del "chantaje" de Ankara a la UE al presionar con el envío de migrantes a su frontera.

"El alto el fuego es una buena noticia, al menos es buena voluntad", indicó el alto representante de la UE para la Política Exterior, Josep Borrell, a su llegada al Consejo de ministros comunitarios convocado de manera urgente para tratar el empeoramiento de la crisis siria y su efecto en el movimiento de refugiados hacia Europa.

"Vamos a ver cómo funciona", agregó", "pero es una precondición para mejorar la ayuda humanitaria para la gente en Idlib", la región del noroeste sirio escenario del combate entre milicias rebeldes apoyadas por Turquía y las fuerzas del régimen de Bachar al Asad respaldadas por Rusia.

Borrell se mostró partidario de mejorar las relaciones tanto con Turquía como con Rusia y, aunque fue comprensivo con Ankara por los cerca de 4 millones de refugiados a los que atiende en su territorio, dijo que "al mismo tiempo no podemos aceptar que los migrantes sean utilizados para presionar".

Sobre el papel de la UE en Siria manifestó que "tenemos que concentrar nuestros esfuerzos humanitarios en la parte humanitaria".

HOLANDA: AYUDA PERO SIN PRESIÓN

El ministro holandés de Exteriores, Stef Blok, reconoció que "quizá en el futuro sea necesario dar más ayuda" a Turquía, pero recalcó que "no deberíamos negociar con ellos bajo presión y con esa manera cínica de usar a los refugiados para presionar".

Sobre el alto el fuego en Siria, Blok pidió además "añadirle" una zona de seguridad creada, idealmente, con mandato del Consejo de Seguridad de la ONU.

En la misma línea se mostró el titular austríaco, Alexander Schallenberg, quien dijo que "el comportamiento de Turquía es completamente inaceptable" y tildó de "cínico usar a los más débiles para presionar".

"Es muy importante dejar claro que no nos dejamos chantajear", opinó Schallenberg.

CHEQUIA: MIGRANTES RESIDENTES EN TURQUIA DURANTE AÑOS

El ministro checo, Tomas Petricek, pidió que Turquía cumpla "todos sus compromisos" relacionados con el acuerdo de 2016 por el que se comprometió con la UE a mantener en su territorio a los demandantes de asilo a cambio de 6.000 millones de euros en ayudas, un pacto que no obstante Ankara ha criticado al considerar que los europeos no están realizando adecuadamente los pagos.

"Lo que afrontamos es un movimiento masivo de migrantes hacia las fronteras de Grecia y Europa, migrantes han estado residiendo en Turquía durante años", explicó el ministro griego, Nicolaos Georgios, quien dijo tener "pruebas claras de que este movimiento ha sido creado y orquestado por Turquía".

"La UE no permitirá la instrumentalización del sufrimiento humano", apostilló.

Su homólogo rumano, Bogdan-Lucian Aurescu, garantizó la solidaridad de la UE hacia Grecia y pidió a su vez que no se incremente la tensión en la frontera con Turquía: "Necesitamos un alto el fuego permanente (en Siria) y respetar los acuerdos, incluido el de 2016" entre Ankara y la UE.

El ministro estonio, Urmas Reinsalu, mostró su "total solidaridad con Grecia" y consideró que las medidas que ha tomado en su frontera son "proporcionadas y completamente en línea con las leyes internacionales para defender el área Schengen" de libre circulación en la UE.

A su juicio, esa cuestión "debería manejarse como un caso de seguridad; no es un caso humanitario aunque tenga aspectos humanitarios porque implica a civiles".

En paralelo, preguntado por la posibilidad de mejorar las relaciones con Rusia, Reinsalu zanjó: "no necesitamos ningún tipo de reemplazo de nuestros actuales principios hacia Rusia" ya que "Rusia es agresor, sigue siendo agresor, y así tiene que ser abordado de manera unificada por la UE".

IRLANDA: ACTUAR COLECTIVAMENTE

El titular irlandés, Simon Coveney, pidió "actuar de forma colectiva" ya que "no podemos dejar que uno o dos Estados lleven todo el peso" de la migración en las fronteras exteriores, pero dejó claro que hay que dar un trato humano a los migrantes y "actuar con moderación".

El ministro letón, Edgar Rinkevics, rechazó con Turquía un "quid pro quo de pagamos más dinero y no envías a refugiados".