El activista Joshua Wong, uno de los rostros más destacados del movimiento prodemocrático en Hong Kong, afirmó hoy que la excolonia británica es "el nuevo Berlín de una nueva Guerra Fría" y, desde la capital alemana, instó a la comunidad internacional a demostrar su apoyo a la lucha de los hongkoneses a favor de la libertad de expresión.
Wong, que llegó este lunes a Berlín y que se entrevistó con el ministro de Exteriores alemán, Heiko Maas, pero que no ha sido recibido por la canciller, Angela Merkel, insistió en denunciar lo que calificó de "bárbaro nivel de fuerza" demostrado por la policía hongkonesa en una rueda de prensa.
El activista de 22 años aprovechó la visita a Berlín para comparar la lucha a favor de la libertad de expresión en Hong Kong con la tensión que la capital alemana protagonizó por el enfrentamiento entre Estados Unidos y la Unión Soviética durante los años de la Guerra Fría, entre el final de la II Guerra Mundial y la caída de los regímenes comunistas de Europa oriental.
"Hong Kong está en la línea del frente del campo de batalla", afirmó Wong, secretario general de la organización Demosisto, al resumir los objetivos de las reivindicaciones de los manifestantes en aquel territorio.
Pidió además que Alemania suspenda sus ventas de armas antidisturbios a la policía de Hong Kong para evitar que puedan ser utilizadas contra los manifestantes que, desde hace meses, piden en la ciudad semiautónoma china que se garanticen la libertad de expresión y el respeto de los derechos humanos.
Wong llegó a Alemania, primera etapa de un viaje hacia Occidente que le llevará la semana próxima a Estados Unidos, después de haber sido puesto en libertad tras ser detenido el pasado 30 de agosto, acusado junto con Agnes Chow de participar e incitar a otros a unirse a una asamblea no autorizada durante el asedio de una sede de policía el 21 de junio pasado.
Y consideró que está "lejos de ser suficiente" la retirada de parte de un polémico proyecto de ley de extradición que, según abogados y activistas, podría haber permitido a Pekín acceder a "fugitivos" refugiados en la excolonia británica.
Aunque las protestas comenzaron como oposición a ese proyecto de ley, las demandas de los manifestantes se han ampliado y reclaman una mejoría de los mecanismos democráticos de la ciudad.
Wong insistió en que las protestas se han encontrado con una "brutal represión" por parte de las fuerzas del orden e incidió en que el Gobierno de Pekín "no cumple sus promesas".
El activista hongkonés apeló a la comunidad internacional a intervenir ante la situación en la excolonia británica y recordó el papel fundamental que el territorio tiene como una de las plazas financieras globales fundamentales.
No quiso pronunciarse sobre el hecho de que en Berlín no se reunió con Merkel y deseó que en una próxima ocasión sea posible encontrarse "incluso con la canciller".
La jefa del Gobierno alemán no estaba lejos de donde Wong comparecía ante la prensa, puesto que en ese momento intervenía en el Bundestag (cámara baja del Parlamento) en un debate en el que exponía las líneas generales de la política económica de su Gobierno y en el que se refirió a las relaciones con China.
Merkel dijo que "Alemania hace bien en mantener el diálogo con China", en el que la "diferencia de opiniones" también tiene cabida, e hizo referencia a los derechos humanos, cuyo cumplimiento para Alemania es esencial.
La canciller precisó que en Hong Kong Berlín sigue defendiendo el principio de "un país, dos sistemas"; a pocos metros, Wong decía casi al mismo tiempo que su deseo es que en el futuro "nadie tenga que emigrar a otro país" y que el reconocimiento de Pekín de los derechos humanos básicos permita hablar de "un país con un sistema".