Un fiscal especial investigará a Donald Trump por el asalto al Capitolio y los documentos clasificados en su mansión

El fiscal general de Estados Unidos, Merrick Garland, ha anunciado este viernes la designación de un fiscal especial que investigará al expresidente Donald Trump por su posible implicación en el asalto al Capitolio y por los documentos clasificados hallados en Mar-a-Lago, su residencia de Florida.

La justicia estadounidense puede recurrir a la figura del fiscal especial para evitar posibles conflictos de intereses y garantizar la independencia de las investigaciones. Aunque Garland no ha citado expresamente a Trump, sí ha dejado claro que la designación de este fiscal especial es necesaria "por los últimos eventos, incluido el anuncio por parte del expresidente de que se presenta a las próximas elecciones", así como las del presidente actual, Joe Biden, de presentarse a la reelección en 2024.

Se trata de la segunda vez que la justicia estadounidense designa a un fiscal especial para investigar a Trump. En 2017, el entonces director del FBI Robert Mueller indagó en la posible inferencia rusa en las elecciones de 2016, cuando el republicano fue elegido presidente.

La investigación sobre el asalto al Capitolio se centrará ahora, según el fiscal general de EEUU, en saber si hubo una o más personas que "interfirieron en el traspaso de poder" del país y en el proceso de certificación del resultado de las elecciones que se estaba llevando a cabo ese día, el 6 de enero de 2021.

En cuanto a Mar-a-Lago, Garland señaló que hay que investigar el manejo de los documentos clasificados que fueron allí encontrados, y averiguar también si hubo obstrucción a la justicia en estas pesquisas.

Garland ha explicado que la investigación que lidere el fiscal especial designado, Jack Smith, será independiente de las que ya están abiertas tanto en Florida como en el Distrito de Columbia. Y aseguró que esta nueva investigación no retrasará las otras.

Trump tiene varias investigaciones abiertas tanto en el Congreso como en los tribunales: por incitar al asalto al Capitolio en 2021 tras perder las elecciones, presionar a funcionarios en Georgia para alterar el resultado de las presidenciales de 2020, introducir electores falsos para cambiar la decisión de los Estados donde venció Biden y la posible ocultación y destrucción de material público que provocó un registro de su mansión por el FBI el pasado mes de agosto.

En septiembre, el expresidente sumó una causa más. Tanto él como y tres de sus hijos han sido acusados por la fiscalía de Nueva York de mentir a los recaudadores de impuestos, a los prestamistas y a las aseguradoras en un supuesto fraude “asombroso” que falseaba el valor de sus propiedades para enriquecerse.