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Gasto dispar en defensa, sin acuerdo sobre cómo financiarlo y Orbán: Europa enfrenta dividida el desafío de Trump

Gasto dispar en defensa, sin acuerdo sobre cómo financiarlo y Orbán: Europa enfrenta dividida el desafío de Trump

Los líderes europeos tratan de digerir la última arremetida de Trump contra Zelenski conscientes de que el continente se queda solo en su defensa y ante la amenaza de Putin

Von der Leyen presentará a los líderes de la UE un “plan para rearmar Europa” ante la desconexión con Trump

Un escalofrío recorrió todas las capitales europeas el pasado viernes cuando Donald Trump y su vicepresidente, JD Vance, abroncaban en directo a Volodímir Zelenski por las consecuencias que aquella situación tendría en el orden mundial.

Todas menos una: Budapest. Los dirigentes de la Unión Europea cerraron filas con el presidente ucraniano, e incluso la primera ministra ultraderechista italiana, Giorgia Meloni, que permaneció en silencio inicialmente, apeló a la necesidad de que Occidente no se dividiera. Solo Viktor Orbán ha felicitado al estadounidense. “Los hombres fuertes hacen la paz, los hombres débiles hacen la guerra. Hoy el presidente Trump defendió valientemente la paz, aunque a muchos les resultó difícil de digerir”, dijo el viernes en X (antes Twitter) mientras la inmensa mayoría de líderes salía en tromba a solidarizarse con Zelenski.

Orbán ha sido una piedra en el zapato de la UE durante los tres años que dura ya la guerra. Hungría ha bloqueado prácticamente todas las iniciativas que tienen que ver la ayuda a Ucrania y, en muchas ocasiones, ha usado la requerida unanimidad de la política exterior como herramienta de chantaje al resto de socios comunitarios, que le tenían en la diana por la vulneración del Estado de derecho en su país. Al mismo tiempo que la Unión Europea iba superando barreras dentro de sus propias reglas internas –por ejemplo, diseñando los mecanismos para financiar armamento que inicialmente no estaba previsto–, tenía que sortear el veto húngaro.

Ante las últimas arremetidas de Trump, la estrategia se ha externalizado de la propia Unión Europea. Auspiciados por Emmanuel Macron, un grupo de líderes de los principales países europeos, además de los presidentes del Consejo Europeo y la Comisión Europea, António Costa y Ursula von der Leyen, y el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, iniciaron los contactos ante la negociación bilateral de Trump y Vladímir Putin. El desafío para entonces ya era doble: el aislamiento de Kiev y Europa de esas conversaciones y la decisión de Trump de abandonar a su suerte al Viejo Continente, cuya seguridad ha dependido de Washington durante décadas. Dejar fuera a algunos países europeos obligó a Macron a convocar una segunda videoconferencia a los dos días.

A la primera cita, sin embargo, estaba invitado el primer ministro de Reino Unido, Keir Starmer. Y es que, más allá de su pretensión de restablecer lazos tras el Brexit, en el tema de la seguridad es uno más del club. De hecho, el líder laborista se ha ofrecido a hacer de puente entre Trump y la UE. Un ofrecimiento que volvió a hacer este domingo como anfitrión de una reunión de alto nivel en Londres a la que, de nuevo, acudieron los principales líderes de la UE y el responsable de la OTAN, que por el momento está alineado con Trump, así como el todavía primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, que deja clara la distancia que le separa de su vecino.

Meloni acudió a esa convocatoria con mejor predisposición de lo que lo hizo en París y también se ha ofrecido a aprovechar su sintonía ideológica con Trump para intentar reconducir la situación. Starmer, de hecho, se reunió con ella a solas antes de la cita en grupo. El mensaje que se escuchó de la ultraderechista italiana es que hay que “evitar el riesgo de que Occidente se divida”. A pesar de su frialdad con Zelenski en público, Meloni también se reunió con él en Londres y le trasladó “el apoyo de Italia a Ucrania y su pueblo” así como para “una paz justa y duradera”. Tras el choque televisado en la Casa Blanca, la primera ministra abogó por una “cumbre inmediata entre Estados Unidos, los Estados europeos y los aliados”.

Lo que salió de la reunión del domingo fue la doble intención de buscar una fórmula de paz consensuada con Zelenski que pueda aceptar Trump y acelerar en la seguridad del Viejo Continente. Ninguna de las dos es fácil.

Starmer y Macron lideran la propuesta de un plan de paz. Pero antes de que pasaran 24 horas ya había mensajes disonantes entre París y Londres. En una entrevista en France Inter, el ministro de Exteriores galo, Jean-Noël Barrot, ha planteado una “tregua” de un mes para “poner a prueba la buena fe de Vladímir Putin” sobre su voluntad de iniciar negociaciones de paz. Reino Unido ha desdeñado esa opción al considerar que una pausa temporal en los combates podría ayudar a Rusia a reagruparse y volver a atacar, según indicó este lunes el secretario de Estado para las Fuerzas Armadas, Luke Pollard, según recoge la Agencia EFE.

Conscientes de que Trump no pretende dar garantías de seguridad a Ucrania tras un hipotético acuerdo de paz, el esfuerzo de los países europeos se centra, al menos, en conseguir que apoye las que el resto de aliados puedan proporcionarle. Y ahí viene una de las grandes incógnitas: ¿tiene Europa la fuerza suficiente para hacerlo por su cuenta?

Y esto, ¿cómo se paga?

Otra de las certezas en las que están de acuerdo los países europeos es que su actual gasto en defensa es insuficiente y la inmensa mayoría considera que el objetivo del 2% del PIB que se marcó la OTAN también lo es. Según el último informe de la alianza, en conjunto han alcanzado el 2,54%, pero en buena medida es gracias a EEUU, que destina a defensa el 3,24% de su PIB. Sin ese país, que es el mayor contribuyente a la OTAN, el gasto medio cae al 1,8%.

Lo que enfatizan en la UE es que en los últimos tres años el gasto militar se ha incrementado en un 30%, pero es una cifra dispar en función de los países. Polonia encabeza el ranking con un 4,12% en 2024. Le siguen Estonia (3,43%), Letonia (3,15%), Lituania (2,85%) y Finlandia (2,41%), es decir, los países que hacen frontera con Rusia. Por el contrario, Luxemburgo (1,01%), Bélgica (1,21%) y España (1,24%) están en el lado opuesto de la tabla.

El debate lleva tiempo rondando en las instituciones europeas, que se han visto obligadas a pisar el acelerador, como dijo Von der Leyen tras la reunión en Londres. La presidenta de la Comisión Europea planteará este martes su “plan para rearmar Europa”. Entre las medidas que ya ha esbozado la alemana está la flexibilidad de las reglas fiscales para permitir que los presupuestos nacionales disparen esas partidas sin que compute para el déficit y la deuda. La presidenta de la Comisión Europea también planteó un “instrumento” para que el aumento se realice con un “esfuerzo europeo”.

Pero la letra pequeña está por desvelar y hay distintos puntos de vista en el seno de los 27. España y los países del sur apuestan por la emisión de deuda conjunta para ese “esfuerzo”. A ese planteamiento se suman, en este caso, países como Polonia o los bálticos, que normalmente se alinean con los 'frugales' en contra de ese tipo de herramientas, pero están dispuestos a avalarlo para la defensa, ya que son los que viven más de cerca la amenaza de Putin y están convencidos de que, si no se le frena en Ucrania, sus ansias imperialistas le pueden llevar a atacar a cualquiera de ellos. Sin embargo, el planteamiento choca con el 'no' de Alemania, Holanda o Austria.

Pedro Sánchez abraza a Zelenski antes de la reunión en Londres. Pedro Sánchez abraza a Zelenski antes de la reunión en Londres.

A eso hay que sumar las propias divisiones dentro de los Estados miembros. “En la reunión se han explorado distintas opciones para impulsar una paz justa y duradera en Ucrania y garantizar la seguridad europea. No se ha concretado ningún plan, pero se han realizado avances importantes. España apoya esta reflexión estratégica y seguirá siendo parte activa de ella, con el objetivo de que se encuentre lo antes posible una vía para la paz”, señalaron fuentes de Moncloa tras el encuentro de los líderes en Londres.

Sin embargo, Pedro Sánchez tiene complicado llevar a cabo el incremento para el que cada vez recibe más presión dado que dentro de la propia coalición tiene resistencias por parte de Sumar. Y también se topa con el rechazo de partidos como Podemos o ERC, que serían imprescindibles en el Congreso para acometer ese aumento. En esa discusión están inmersos los socios de la coalición.

Sánchez ha sido uno de los mandatarios europeos más duros contra las arremetidas de Trump. “En el siglo XXI, las relaciones entre países son de alianzas, no de vasallajes. La época de los países súbditos se acabó. Hoy, defendemos un orden internacional de países libres, iguales y soberanos. Por eso defendemos a Ucrania ante la amenaza neoimperialista de Putin”, dijo en un mitin en Murcia, antes de coger el avión rumbo a Londres.

También el futuro canciller de Alemania, Friedrich Merz, ha elevado sustancialmente el tono al acusar al presidente de EEUU de llevar a cabo “una escalada deliberada” contra Zelenski. “No fue una reacción espontánea”, ha dicho sobre el encontronazo en la Casa Blanca. Y, ante esa situación, ha abogado por que Europa haga “mucho más” por su propia seguridad en los próximos años.

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