Unos 10.000 ucranianos se concentraron hoy en la plaza de la Independencia de Kiev, Maidán, para protestar contra la "capitulación" de Ucrania ante Rusia en el Donbás bajo un plan que contempla elecciones en las zonas controladas por los rebeldes prorrusos y la concesión del autogobierno a los separatistas.
A la concentración que se celebró en la capital ucraniana se sumaron las que tuvieron lugar en otras 20 ciudades ucranianas.
Ciudadanos, políticos, activistas y artistas se congregaron en la emblemática plaza de la Independencia, vigilados por 300 agentes de la Policía y militares.
Organizada por el Movimiento de Resistencia a la Capitulación, en la protesta los ucranianos hicieron un llamamiento al nuevo presidente del país, Vladímir Zelenski, para que "escuche al pueblo" y "evite la rendición de Ucrania ante la agresión rusa".
La firma de la llamada Fórmula Steinmeier fue una condición del Kremlin para convocar una cumbre de líderes en el "formato Normandía -Rusia, Ucrania, Alemania y Francia- para abordar la paz en el este ucraniano.
"El Donbás y Crimea debe regresar a Ucrania juntos, sin ninguna condición del Kremlin", enfatizaron los manifestantes sobre el escenario.
Entre banderas de Ucrania, coreaban el lema de la manifestación -"No a la capitulación"- y esgrimían pancartas críticas con Zelenski, que esta semana dio su visto bueno a la Fórmula Steinmeier, ideada para impulsar el arreglo del conflicto armadoen el este del país, que se ha cobrado desde 2014 unas 13.000 vidas.
Esa fórmula, propuesta por primera vez a finales de 2015 por el entonces ministro de Exteriores y actual presidente de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, prevé la convocatoria de elecciones locales en las zonas controladas por los separatistas prorrusos bajo la ley vigente en el resto de Ucrania y bajo supervisión de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE).
Durante la celebración de dichos comicios entraría en vigor de manera provisional una nueva ley de autogobierno, que, en caso de que la OSCE valide los comicios, se convertiría en "permanente".
Muchos ucranianos han salido toda la semana a la calle para protestar contra el plan. También la oposición se mostró decepcionada con la aceptación de la fórmula por el nuevo Gobierno.
El expresidente Petró Poroshenko advirtió de que se trata, en realidad, de una treta del Kremlin para lograr el levantamiento de las sanciones que pesan sobre el país desde la anexión en 2014 de la península de Crimea, y la ex primera ministra Yulia Timoshenko denunció una "amenaza directa" a la soberanía nacional.
Los ultranacionalistas, que también han protestado esta semana en la plaza de la Independencia y han convocado una nueva concentración para el día 14, consideran que Zelenski ha "traicionado" a Ucrania.
El Gobierno de Zelenski, cuya máxima prioridad es acabar con el conflicto armado, tuvo que explicar en la Rada Suprema (Parlamento) a puerta cerrada a la oposición el plan para calmar los ánimos.
El mandatario ha asegurado que consultará con los ucranianos la nueva ley de autogobierno y que las elecciones no se celebrarán "a punta de pistola", lo que significa que las milicias separatistas deben deponer las armas antes de que se celebre la votación.
Según el presidente, la nueva ley no cruzará ninguna "línea roja" y "nunca habrá ninguna rendición".
Una de las condiciones clave que ha puesto es el control ucraniano sobre los 400 kilómetros de frontera que separa las zonas separatistas ucranianas de Rusia, por donde los prorrusos reciben toda clase de suministros.
"La frontera debe ser nuestra", ha subrayado Zelenski.
Por Nadjejda Vicente