Bruselas y Londres anuncian un acuerdo pesquero durante 12 años, un pacto para aligerar los controles de productos de comida y bebida en la frontera, un nuevo marco de defensa y la posibilidad de que el Reino Unido vuelva a Erasmus.
El Reino Unido y la UE, cerca de un acuerdo limitado para que los jóvenes puedan estudiar y trabajar sin las trabas del Brexit
Cinco años después de la entrada en vigor del Brexit, la Unión Europea y el Reino Unido han firmado un acuerdo para reducir la burocracia en el comercio, pescar en las aguas de los vecinos durante 12 años y cooperar en defensa.
Los compromisos políticos aprobados este lunes en Londres en la primera cumbre entre la Unión Europea y el Reino Unido son los primeros desde la llegada al poder del Gobierno laborista. Keir Starmer, el primer ministro británico, describió este lunes el acuerdo como “histórico” mientras el presidente del Consejo Europeo, António Costa, habló en tono más comedido sobre “un nuevo capítulo” en las relaciones con el Reino Unido.
Tanto en las reuniones previas como en el encuentro de este lunes, ambas partes coincidieron en describir las conversaciones como “positivas” y “de buena fe”.
En una rueda de prensa en Londres después de la reunión, Costa se dirigió a Starmer, con aire amable: “Lo has conseguido, lo hemos conseguido”. Ursula von der Leyen, la presidenta de la Comisión Europea, también habló del “destino compartido” del Reino Unido y la UE. Von der Leyen reconoció, en todo caso, que todavía “queda mucho trabajo por delante”.
De qué se trataEn la práctica, el acuerdo con más detalles hasta ahora garantiza acceso total a las aguas británicas para los europeos y viceversa hasta el 30 de junio de 2038, prorrogando el marco existente tras el Brexit, pero que tenía que ser revisado el año próximo y renovado de manera anual.
Además, en una pieza clave para el Reino Unido, las partes trabajarán para reducir los controles para la venta de productos de comida y bebida mientras los británicos sigan los estándares de la UE y los posibles cambios en el futuro de la regulación y se sometan a la autoridad de la justicia europea. También habrá un nuevo pacto en energía para “explorar” la entrada del Reino Unido en el mercado eléctrico de la UE, tanto en la compra de electricidad como en inversiones para energía renovable y interconexiones, una petición británica. Starmer tiene la esperanza de bajar así las altas facturas de la luz en su país.

La UE y el Reino Unido también han firmado un acuerdo para la seguridad y la defensa mutuas, que incluye cooperación en la ayuda militar a Ucrania y también nuevos mecanismos para combatir el cibercrimen, el cambio climático, el tráfico de personas y otras áreas, como la mediación para conseguir la paz en caso de conflictos y la formación sobre seguridad. La firma de este acuerdo es un requisito para que las empresas del Reino Unido pueda beneficiarse de cualquier paquete de gasto en defensa que incluya subvenciones europeas. Este punto, en cualquier caso, tendrá que ser sometido a un futuro debate, y Francia, en particular, ha expresado algunas reservas.
“Experiencia” juvenilLa Comisión Europea y el Reino Unido también dicen que seguirán trabajando en el prometido acuerdo para que los jóvenes europeos y británicos puedan estudiar y trabajar con más facilidades en la isla y el continente. A petición de los británicos, en el texto acordado, no se habla de “acuerdo de movilidad”, como se suelen denominar estos pactos entre países, sino de “experiencia juvenil” y subraya que estará limitado por el número de personas aceptables para “ambos lados”. Además, la Comisión podría incluir a los británicos en el programa Erasmus del que el Reino Unido salió con el Brexit.
Al ser interrogado en rueda de prensa, Starmer sugirió que no habrá cambios en el coste de la matrícula de las universidades para los ciudadanos de la UE, que ahora pagan hasta tres veces más que antes del Brexit porque ya no pagan lo mismo que los británicos. También subrayó que será un sistema de visados y que habrá límites.
El Gobierno británico está especialmente inquieto por cualquier acuerdo que suponga añadir estudiantes y trabajadores de la UE a su estadística de migración neta, es decir la diferencia entre las personas que llegan y las que se van del Reino Unido. La semana pasada, Starmer presentó sus nuevas políticas para poner más trabas a la migración legal y llegó a decir que el Reino Unido podía convertirse en una “isla de extraños”.