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Rafael Correa: "La doble moral respecto a Venezuela y Ecuador es vomitiva"

Rafael Correa:

El expresidente de Ecuador encabeza desde Bruselas la denuncia por el supuesto fraude en las elecciones del país, pese al reconocimiento generalizado del resultado: "No abrieron una sola urna, ¿por qué, si ganaron con tanta amplitud? ¿Qué mejor que contar de nuevo los votos?"

El derechista Noboa gana las elecciones presidenciales en Ecuador entre denuncias de fraude de la oposición de izquierdas

Rafael Correa (Guayaquil, 1963) ha hecho suya la batalla por la denuncia de un fraude en las elecciones en Ecuador.

Desde Bruselas, donde permanece ahora exiliado por las causas judiciales que pesan sobre él, el expresidente del país clama por las supuestas irregularidades en las papeletas electorales que dieron la victoria a Daniel Noboa, por una amplísima mayoría, incluso con más ventaja de la que tuvo en la primera vuelta respecto a la candidata de su partido, Movimiento Revolución Ciudadana, Luisa González.

Ni los observadores electorales ni la comunidad internacional suscriben esos indicios de fraude y, con desesperación, el expresidente habla de manipulación de las papeletas a través de un sofisticado sistema que permitiría transferir la tinta de una parte a otra. “Matemáticamente es imposible”, asegura en conversación con elDiario.es antes de viajar a Cannes para arropar a Julian Assange en la presentación de un documental: “Se les fue la mano”. Y carga directamente contra la “doble moral vomitiva” de la comunidad internacional: “Con la tercera parte, no le hubieran reconocido los resultados en Venezuela”.

Está usted muy activo en la denuncia de irregularidades en las elecciones en Ecuador. Su partido anunció que recurriría esas elecciones por fraude. ¿Cuál es la situación? ¿Lo llevaron a cabo? ¿Cuál ha sido la respuesta?

La situación de absoluta indefensión. No abrieron una sola urna. En 2017, cuando nosotros ganamos las elecciones y el candidato derrotado, Guillermo Lasso, gritó “¡fraude”, yo era presidente de la República y pedí que se abrieran 3.000 urnas. Se abrieron en el Coliseo Rumiñahui en Quito, con decenas de medios de comunicación, viendo millones de personas el reconteo. Contamos cerca de 1,5 millones de votos y aumentó la ventaja. Sabíamos que estaba mintiendo Lasso. Ahora no abrieron una sola urna. En la primera vuelta, las abrieron. Recuperamos miles de votos. Con las mismas razones, los mismos artículos legales, los mismos argumentos, esta vez negaron todo. ¿Por qué? Porque saben que esos no son los resultados. Saben que han hecho fraude. Y si se abren las urnas, se podrá evidenciar ese fraude.

¿Y qué tiene que pasar para que se abran las urnas? ¿Tendría que ser una decisión de la justicia?

Sí, pero no hay justicia en Ecuador. Por ahí podría haber una alternativa, pero ya cerraron todo, ya proclamaron resultados, pero obviamente un fraude es un cataclismo político. Todavía el Consejo Nacional Electoral (CNE) tiene toda la potestad para ordenar una auditoría integral. Pero no lo van a hacer nunca porque son cómplices de Noboa y saben que perdieron las elecciones el 13 de abril.

Usted que ha sido presidente, ¿tan fácil es cometer un fraude?

No. Esta clase de fraude, no, es nuevo. Las actas vinieron con resultados ya adulterados porque el problema está en los votos. Nosotros sabíamos que esos resultados eran imposibles, pero no sabíamos cómo se había hecho fraude. La propia Organización de los Estados Americanos (OEA) nos dio luz cuando dice en su informe: la tinta utilizada para marcar las papeletas se transfirió entre las opciones políticas al doblarlas debido a la simetría del diseño. O sea, se doblaba la papeleta y lo que estaba marcado en A pasaba a B. Esta situación generó confusión en la interpretación del voto y en algunos casos derivó en anulación. Esto nunca pasó en la historia. Ahora la OEA quiere decir que eso se resolvió, [que] fueron casos aislados. 

Contactamos al Instituto Canario de Análisis Criminológico y nos pidió muestras de las tintas. Cuando empezamos a reunir entre los militantes nos sorprendió que había dos tipos de bolígrafos. Esto nunca ha pasado. En la primera vuelta solo hubo uno. Las especificaciones técnicas del Consejo Nacional Electoral solicitan bolígrafos de un solo tipo y de tinta seca que se seque rápido. Las tintas modernas son de base de aceite, oleaginosas y son de secado rápido como los BIC. En la primera vuelta solo hubo BIC. En la segunda vuelta hay dos clases. Esto es imposible. Esto es anormal totalmente. Solo esto amerita una investigación a fondo.

Pero esto podría haber afectado a las votaciones en los dos sentidos, no solamente a favor de Noboa.

La conclusión del informe es que la hipótesis del fraude es muy plausible y que hay que hacer auditoría forense a los votos. Evidencia que se ha utilizado una tinta altamente transferible que puede marcar las casillas de ambos candidatos, lo que puede vulnerar el proceso electoral de recuento, todo ello favorecido por el diseño de la papeleta de votación, no descartando fraude por borrado espontáneo de una de las listas de los candidatos hasta que puedan ser analizadas los originales.

Nunca nos permitieron analizar las papeletas originales. Con papel adecuadamente preparado, la tinta se borra en A y solo queda en B. ¿Por qué no permitían tomar fotos de los votos? Porque se podían ver los pigmentos. ¿Por qué la OEA detecta lo que detectó? ¿Por qué la gran diferencia? Se les pasó la mano. ¿Y por qué retrocedemos en 11.000 mesas? Es electoralmente imposible. No puede ocurrir que, en lugar de aumentar voto, en el 40% de las mesas, retrocedamos. Es porque se les pasó la mano. Con este método, cada papeleta era un voto menos para Luisa y un voto más para Noboa. La diferencia fue demasiado grande y eso fue lo que nos permitió descubrir el fraude.

¿Esto lo han puesto en manos de la Justicia?

Va a haber una demanda penal. Esos esferos [bolígrafos] los importa la comercializadora Regalado de Guayaquil, cuando la ganadora del concurso fue Puente en Montecito. Todo eso ameritaría que esté investigando Fiscalía, la OEA, la Unión Europea, el Consejo Electoral, pero todo está vendido. Las misiones internacionales se lavan las manos. 

¿La pérdida de votos no puede deberse a la campaña electoral?

Esto es un cataclismo. Lo hubieran detectado las encuestas y todas las encuestas nos veían ganadores. Algunos para explicar lo inexplicable dicen que fueron los bonos que repartió Noboa. Eso ya estaba capturado en las encuestas porque empezó a repartir esos bonos el 20 de marzo. Pero incluso hemos hecho estudio de los bonos. Lo poco que hemos podido obtener información, porque no nos han dado la información completa. Pero sí logramos obtener los bonos por las inundaciones que se repartieron en 31 lugares en Manabí, y si hay una relación es negativa, es decir, la gente no vendió su voto. No es que le daban el bono y votaba por Noboa. Esto sólo se explica por un fraude sistemático.

¿Y por qué no han detectado los observadores ese fraude ni los interventores que estaban en las mesas?

Bueno, lo detectó la OEA. Ahora dice que no es nada. 

Me ha hablado de una demanda penal. ¿Tiene algún otro tipo de mecanismo dado que ha dicho que la justicia en Ecuador no existe?

Se va a pedir también un examen de contraloría [un organismo equiparable al Tribunal de Cuentas], pero todo está tomado en Ecuador y obviamente quedan las instancias internacionales, pero ya está el hecho consumado, ya proclamaron a Noboa. No abrieron una sola urna, ¿por qué, si ganaron con tanta amplitud? ¿Qué mejor que contar de nuevo los votos? 

La comunidad internacional no ha reconocido los resultados en Venezuela, pero sí está reconociendo los de Ecuador. ¿A qué cree que se debe?

A la terrible doble moral que existe, incluso de la izquierda. Sólo con una tercera parte de las observaciones preelectorales no hubieran reconocido los resultados en Venezuela. Este tipo eliminó a su principal rival, Jan Topic, de la derecha. Si Jan Topic participaba, no llegaba ni a segunda vuelta Noboa. No pidió licencia, como dice la ley, durante toda la campaña electoral. Se daba él mismo los permisos por medio de una carta, cuando la Constitución dice que la licencia se la otorga la Asamblea. [Ecuador requiere permiso parlamentario para que un presidente en ejercicio pueda hacer campaña por la reelección].

Lo tenía que sustituir su vicepresidenta cuando se iba a hacer campaña y la destituyó, le quitó los derechos políticos, le metió preso al hijo, le metió preso al abogado del hijo y nombró a dedo a su propia vicepresidenta. Utilizó a todo el gabinete con colores del partido político, haciendo campaña, repartiendo cocinas de inducción, kit de alimentos, kit de medicinas, kit agrícolas... Incluso el contrabando que habían capturado en las aduanas (zapatos, camisas) los empezaron a regalar. Y, desesperados porque ni así remontaban, empezaron a regalar miles de millones en bonos.

Con la tercera parte de eso no le hubieran reconocido los resultados en Venezuela. Pero además los vencimos el 13 de abril y tuvieron que hacer trampas. Pero como es Ecuador, es contra Correa y contra la izquierda, ahí sí no pasa nada. En cambio, en Venezuela, nadie reconoce los resultados. Es una doble moral vomitiva.

¿Ha hablado usted con alguien del Gobierno de España o con alguien de la Unión Europea para explicarle esto?

Sí, me he reunido con varios europarlamentarios europeos, me he reunido con expresidentes españoles. Lamentablemente ellos tienen toda la gana de ayudar, pero son minoría. Y es triste esto porque hasta lo ético se ha ideologizado. Si esto pasa en Venezuela, hay que invadir Venezuela. Si pasa en Ecuador, no pasa nada. Vamos adelante. Pequeñas irregularidades. Todo estuvo viciado, pero nosotros decidimos continuar en la contienda y les ganamos el 13 de abril. Nos roban y no nos permite abrir una sola urna. Mire, no somos nuevos en esto y somos muy responsables, no vamos a intranquilizar el país por gusto. Si hubiéramos perdido, diríamos “perdimos”. Se les pasó la mano, si nos ganaban con dos o tres puntos, nos hubieran convencido. En 2021 perdimos, lo reconocimos enseguida. En 2023 perdimos, lo reconocimos enseguida. Pero esta vez sabíamos que esto era imposible.

¿Cómo está tan seguro?

Matemáticamente, estadísticamente, electoralmente es imposible. Un matemático que no conozco, que se llama Danilo Gortaire, es de la Asociación de Estadísticos del Ecuador, Profesor de la Politécnica Nacional, llega a la conclusión de que es un suceso imposible.

Hay otro matemático, Rodolfo Bueno, que dice que es más probable un burro volando que el resultado que sacamos. Hay otro que analiza las segundas vueltas ecuatorianas del año 2000 al 2025: nunca un candidato de segunda vuelta ha dejado de sacar por lo menos un millón de votos. Luisa, con toda su fortaleza, saca 170.000. La probabilidad de este evento es una en 100.000. El profesor Francisco Rodríguez, de la Universidad de Chile, analiza también los resultados y dice que este suceso es totalmente anómalo. En la primera vuelta, los 14 candidatos que no pasaron a la segunda tenían 1.200.000 votos entre todo, el promedio que se lleva el ganador de segunda vuelta en América Latina es el 55% en proporción a los votos de los candidatos que no pasaron a segunda vuelta. En el 2011, un candidato ganador se llevó el 97% de los votos, rompió la tendencia. Esa elección fue en Haití, abiertamente fraudulenta. Noboa obtiene el 110% de los votos, más que los votos en disputa. Eso no existe.

Los indicios están ahí y hay pruebas duras como los bolígrafos. Pero no hay justicia. Estamos en total indefensión. No quieren abrir una sola urna.

Hay una parte de su partido que sí ha reconocido los resultados. ¿Esto a qué se debe?

Al principio hubo un poco de caos. Nosotros también nos demoramos en sacar un pronunciamiento. Sabíamos que eran imposibles esos resultados, pero no teníamos pistas de cómo se habían dado. Y decidimos confiar en nuestros datos, en nuestros técnicos, aquí hay fraude y después averiguaremos cómo se hizo. Pero en ese lapso hubo gente que se adelantó. Hay gente que ha dado marcha atrás, como Pabel Muñoz, el alcalde de Quito; otros no han rectificado. Esto ha creado algunas fricciones al interior, porque sobre todo ciertos alcaldes, prefectos, prefieren voltear la página y seguir adelante porque [piensan] 'no me va a dar los presupuestos para mi provincia, nos van a perseguir“, etcétera. Y en eso sí no podemos estar de acuerdo porque hay cosas que vale la pena pelear. Alguno me dijo incluso ”ya la gente volteó la página de la elección de 13 de abril“. Bueno, volvamos a voltearla hacia atrás porque hay cosas que no se pueden dejar pasar, son demasiado graves.

Más allá de las irregularidades que se hayan podido cometer, en Ecuador ahora mismo hay un líder autoritario con tintes ultraderechistas, pero que al fin y al cabo ha conseguido millones de votos en su país. ¿A qué lo atribuye?

Sin duda, pese a que fue derrotado el 13 de abril, tiene un importante apoyo. Nuestra satisfacción es que la mayoría del pueblo ecuatoriano no lo apoyó. También lo dicen las encuestas. El gobierno está en muy mala situación, ellos lo saben. Prometió una Asamblea Constituyente, ya dio marcha atrás porque quería nombrar a dedo a los Constituyentes y la Corte le dijo: “No, tiene que haber elecciones”. Si hubiesen ganado con 11 puntos, si yo fuera presidente, enseguida llamo a elecciones, si voy a barrer a mi adversario. ¿Por qué no lo hace? Porque saben que perdieron.

Felizmente, no es la mayoría del pueblo ecuatoriano que lo apoya, pero sí tiene un importante apoyo. Es un fenómeno complejo donde tal vez lo más sustancial es el trabajo de los medios de comunicación, porque eso sobre todo se ubica en la clase media que desayuna, almuerza y merienda con los medios de comunicación y esa gente solo vota veneno. Luisa tenía en su programa de gobierno un plan de seguridad, gestores de paz en cada barrio, que trabajen con la policía, con la mitad de un sueldo básico. Ese es un programa de Naciones Unidas. Ecuavisa hizo un reportaje diciendo que era un ejército paralelo. Permanentemente tenemos el veneno de la prensa, que exacerba odios, desinforma, miente y, por supuesto, que eso tiene efecto. Pese a todo, somos la principal fuerza política del país y pese a todo, le ganamos el 13 de abril y nos hicieron fraude.

Habla de la prensa en Ecuador, pero el auge de la ultraderecha es un fenómeno que estamos viendo en todas partes. Rumanía, Portugal, Polonia... ¿A qué obedece la ola ultraderechista internacional?

En América Latina es fácil: crean los problemas para vendernos sus soluciones. Yo dejé al país como el segundo más seguro de América Latina. Hoy somos el más violento de América Latina y uno de los más violentos del mundo. Tenemos el inicio del año más violento de la historia. Yo dejé al país con 5,6 homicidios por cada 100.000 habitantes, solo detrás de Chile. En el año 2023 acabamos con 48 homicidios por cada 100.000 habitantes. Entonces crean terror y venden sus soluciones: la única solución es tener bases extranjeras, cortar los derechos humanos, tener un Estado represor... Y hay gente que cae en esa trampa. No es la razón, no son los programas, son las emociones las que inducen al votante. Y la principal emoción es el miedo y eso lo explica también el apoyo a Noboa.

El caso global es más complejo, responde a otros peligros. Por ejemplo, en Italia, la migración; en Estados Unidos, también mucho de eso. Responde a que una izquierda se pasa haciendo poesía. Esta gente le habla a necesidades del elector. Trump le habló a los obreros norteamericanos que estaban perdiendo sus puestos de trabajo porque las empresas se iban a China e India para pagar más barato. Pero también responde a una decepción con la democracia porque no ha dado los frutos previstos o los frutos que daba antes.

Y eso, entre otras cosas, es porque no tenemos verdaderas democracias, sino [que] cada vez nos acercamos más a kratocracias, el gobierno del más fuerte, el gobierno de los que eran capital, el gobierno de los medios de comunicación, el gobierno de los diferentes poderes fácticos que actúan en función de sus intereses y no en función del bien común. Entonces eso crea decepción con la democracia y la gente tiende a votar por estos extremos que ofrecen soluciones rápidas y realizables. Venden ilusiones y la gente, frente a su desesperación y a su decepción, compra esas ilusiones.

¿Será entonces cíclico? Ahora están gobernando Trump, Milei, Bukele, Noboa... Esas soluciones mágicas, de no funcionar, tendrían que tener el castigo en las urnas.

Bueno, Bukele funcionó, no podemos negar eso. Bukele ahorita convirtió El Salvador [en] el país más seguro de América Latina, cuando era tal vez el más peligroso. Con Noboa no va a funcionar, es inepto. En todo caso, sí hay algunos gobiernos que son de extremos, pero no son mayoritarios tampoco. Ese es un error. Por el contrario, cuantitativamente, en este momento tal vez hay más gobiernos de izquierda en América Latina que a principios de siglo, cuando fue la marea rosa. En esa época, cuando yo estaba, estaban Evo, Chávez, Lula, Michelle Bachelet, Kirchner...

Nunca tuvimos dos de tres de las economías más fuertes de América Latina, que son Brasil, México y Colombia. Nosotros teníamos una. Hoy tenemos tres de tres en manos de gobiernos progresistas. Hasta hace poco teníamos cinco de cinco, porque teníamos también Argentina y teníamos Chile. Se perdió Argentina. Tenemos cuatro de cinco. Al principio de siglo teníamos dos de cinco. Incluso en estos momentos, podemos entender que hay más gobiernos progresistas que a principios de siglo. Entonces, América Latina sigue siendo un territorio en disputa, nada está dicho.

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