La mayoría de socios europeos alertan de que la legislación supone una violación de derechos fundamentales, como el de reunión, la libertad de expresión y el derecho a la intimidad
Hungría aprueba una ley que prohíbe la marcha del Orgullo LGTBI
Una mayoría de países de la UE exige a la Comisión Europea que tome medidas contra la ley impulsada por el ultraderechista Viktor Orbán para prohibir la marcha del Orgullo LGTBI en Hungría como parte de una ofensiva desplegada por el Gobierno de ese país contra el colectivo.
Los 17 firmantes se muestran “muy alarmados” por las enmiendas aprobadas en el marco de una legislación bajo el pretexto de la “protección a la infancia” que suponen la imposición de multas para los participantes y organizadores de las marchas reivindicativas, que en Hungría tienen lugar el 1 de junio, así como el uso de programas informáticos de reconocimiento facial. En esta ocasión, está previsto que partidos políticos progresistas y organizaciones sociales europeas acudan a Budapest para apoyar al colectivo LGTBI.
“Nos preocupan las implicaciones de estas medidas para la libertad de expresión, el derecho de reunión pacífica y el derecho a la intimidad”, señalan Austria, Bélgica, Chequia, Dinamarca, Estonia, Finlandia, Francia, Alemania, Irlanda, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Países Bajos, Portugal, Eslovenia, España y Suecia en una declaración que ha promovido el Gobierno conservador holandés.
“Pedimos a Hungría que revise estas medidas, para garantizar que se respetan y protegen los derechos humanos y las libertades fundamentales de todos sus ciudadanos, cumpliendo así con sus obligaciones internacionales”, agregan esos países, que reclaman acción a la Comisión Europea, que por el momento se ha limitado a mostrar preocupación por esa legislación.
La UE tiene a la Hungría de Orbán en el punto de mira desde hace años por sus vulneraciones del estado de derecho por su deriva autoritaria que han llevado incluso a la congelación de fondos europeos. Sin embargo, el castigo a través del artículo 7, que puede conllevar la suspensión de su derecho a voto, sigue congelado porque requiere de la unanimidad que nunca se consigue. De hecho, los ministros de Asuntos Europeos abordan este mismo martes un debate sobre la situación en Hungría, aunque no se esperan decisiones.
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