El Gobierno de EE.UU. consideró este martes que el intercambio de prisioneros con los talibanes que ha resultado en la liberación de un profesor estadounidense y otro australiano es un "signo de esperanza" que hace pensar que la guerra en Afganistán "puede concluir pronto con un acuerdo político".
En un comunicado, el secretario de Estado de EE.UU. Mike Pompeo dio la bienvenida a la liberación de los dos docentes a cambio de tres insurgentes que estaban en manos del Gobierno afgano y, además, acogió positivamente la promesa de los talibanes de liberar en el futuro a diez nacionales de ese país que están privados de libertad.
"Vemos estos desarrollos como signos de esperanza para la guerra afgana, un terrible y costoso conflicto que ha durado más de 40 años y que puede concluir pronto con un acuerdo político", dijo el titular de Exteriores.
Pompeo explicó que los dos profesores Kevin King, un ciudadano estadounidense de 60 años, y Timothy Weeks, un australiano de 48, ya se encuentran bajo la custodia de las Fuerzas Armadas estadounidenses y que "pronto" podrán reunirse con sus seres queridos.
"Los talibanes han indicado que la liberación de los dos profesores está pensada como un gesto de buena voluntad, algo que EE.UU. agradece", subrayó Pompeo.
Al mismo tiempo, Pompeo y la Casa Blanca mediante otro comunicado elogiaron al presidente afgano, Ashraf Ghani, por sus acciones para facilitar el intercambio de prisioneros.
"El presidente Ashraf Ghani -subrayó la Casa Blanca- ha tomado muchos pasos valientes por la causa de la paz".
El Ejecutivo afgano dio a conocer hace una semana que liberaría a los tres insurgentes a cambio de los docentes, que trabajan en la Universidad Americana de Afganistán y que habían sido secuestrados por los talibanes en 2016.
Los presos liberados por el Gobierno afgano, que ya han llegado a Catar, son Anas Haqqani, hijo del fundador de la facción conocida como red Haqqani a la que se atribuyen algunos de los atentados más sangrientos en Afganistán, así como Hajji Mali Khan y Abdul Rashid, dos líderes insurgentes.
Washington y la formación insurgente negociaron durante meses un acuerdo de paz, que, según los talibanes, ya estaba finalizado cuando el pasado septiembre el presidente estadounidense, Donald Trump, suspendió el proceso abruptamente después de un atentado insurgente en Kabul en el que murió un estadounidense.