El Tribunal Supremo de Tailandia ha dictaminado este miércoles la pena de muerte en última instancia para el español Artur Segarra, único condenado por el asesinato en 2016 de su compatriota David Bernat en Bangkok. El magistrado rechazó la ultima apelación de la que disponía Segarra al considerar válidas las pruebas sobre el crimen presentadas por la Policía y señalar que estas demuestran la culpabilidad del acusado, lo que deja en firme la sentencia de abril de 2017.
Segarra, quien se mostró nervioso antes del fallo, dijo a Efe tras conocer la decisión de la justicia que "no es una sorpresa" que le mantengan la condena a la pena capital, al recriminar que en su opinión "no ha sido un juicio justo" ante la falta de testigos directos del asesinato.
"A falta de testigos oculares, las pruebas presentadas son consistentes para demostrar la culpabilidad del acusado. Él cometió el asesinato de manera premeditada con la intención de robar el dinero a la víctima", apuntó el juez durante una breve lectura de la sentencia.
Segarra ahora puede solicitar a la Casa Real de Tailandia un perdón real para conmutar la pena capital por la cadena perpetua y, una vez cumpla al menos dos años de condena, pedir la extradición a una cárcel de España.
El abogado defensor confirmó a Efe que tiene hasta el 20 de enero para presentar la solicitud de perdón. Segarra, por su parte, confirmó que solicitarán la medida de gracia y que en el futuro pedirá el traslado a una prisión española.
Según la investigación policial, Segarra secuestró a Bernat, un ejecutivo español, el 19 de enero de 2016 y le retuvo durante siete días en el apartamento que tenía alquilado en Bangkok, donde ocurrió el asesinato. Las autoridades encontraron rastros de sangre que pertenecían a Bernat en el piso de Segarra, además de grabaciones de cámaras de seguridad donde aparecen los dos entrando en el bloque de apartamentos, que nunca abandonó con vida la víctima.
Los primeros restos del cadáver descuartizado de Bernat fueron encontrados el 30 de enero en el río Chao Phraya, que atraviesa Bangkok, y seis días después la Policía identificó a Segarra como el principal sospechoso.
El español, tras ser reconocido en un restaurante de la provincia de Surin (este), emprendió la huida a Camboya, donde fue detenido dos días después y entregado a las autoridades tailandesas el 8 de febrero de 2016.
En abril de 2017, un tribunal de primera instancia aceptó las pruebas presentadas por la Policía y condenó al español a la pena de muerte. Un tribunal de apelación mantuvo, en julio de 2018, la pena capital para Segarra al encontrar "infundadas" las alegaciones del convicto y de nuevo consideró válidas las pruebas y testimonios recabados por la Policía. Este miércoles, el Tribunal Supremo de Tailandia dejó en firme la condena a muerte para el español.