La Academia Diplomática de Ecuador reabre este viernes sus puertas como símbolo del regreso de la "institucionalización" al servicio exterior, tras permanecer ocho años clausurada por decisión del anterior Gobierno de Rafael Correa.
"Quisiera destacar el valor simbólico que tiene esta reconstitución de la Academia para la recuperación de una política exterior de Estado", explica a Efe el director de la institución, el embajador Alejandro Suárez.
Lo hace en un prominente jardín de una casa patrimonial ahora recuperada por la Cancillería de manos del Fondo de Cultura Económica de México, que mantenía su sede en el inmueble de acuerdo a un comodato de 2011, año en que fue cerrada la Academia.
Correa, que llegó a calificar a los diplomáticos como "momias cocteleras", transfirió la formación del funcionariado del servicio exterior al Instituto de Altos Estudios Nacionales (IAEN), bajo paraguas gubernamental.
El resultado fue una politización de la diplomacia ecuatoriana y, de acuerdo al actual canciller, José Valencia, se buscó "convertir al sucesor de la academia en un vehículo para transmitir una visión determinada de la realidad", afirmó en una entrevista con Efe.
Construida a principios de la década de 1940, la sede se ubica en una céntrica hacienda de Quito que perteneció al expresidente Galo Plaza Lasso, quien fuera secretario general de la OEA y uno de los personajes más reconocidos de la diplomacia ecuatoriana.
Diplomático de carrera y docente universitario, Suárez considera que la reinauguración es también símbolo "de la recuperación de la formación profesional del servicio exterior, al margen de cualquier tipo de orientación ideológica".
Y subraya que "en esta academia se van a preparar profesionales", después de que en los últimos años los funcionarios del servicio exterior hayan tenido, a su juicio, una formación netamente académica, adoleciendo del componente práctico que antes imprimía la Academia Diplomática.
Fundada en 1987, ha formado a 13 promociones, alrededor de 200 miembros del servicio diplomático ecuatoriano, muchos de los cuales están aún en activo.
En una primera fase tuvo otra sede y en 2004 la casona patrimonial se convirtió en el inmueble oficial durante siete años, para luego constituirse brevemente en el primer edificio de Unasur antes de que se construyera el definitivo en la Mitad del Mundo, al norte de la capital ecuatoriana, en fase de desmantelamiento.
Con una superficie edificada de unos 400 metros cuadrados, el recinto alberga dos aulas y un auditorio con capacidad para 80 personas, además de oficinas en las que trabajan cuatro diplomáticos de alto rango, una pequeña biblioteca, sala de reuniones, todo ello, rodeado por una imponente zona ajardinada.
De dos plantas y tejado a dos aguas, la casa de paredes encaladas ha sido recientemente engalanada con banderas de la nación junto a la fachada rematada por un arco de medio punto y columnas en granito, muestra de la sobriedad de un edificio rústico señorial.
Cuenta uno de los diplomáticos que estudió en el palacete, que hasta esconde una leyenda sobre un fantasma que ha sido avistado junto a un pozo de piedra en el jardín y en una de las ventanas del despacho principal.
En sus salones, la Cancillería ha dispuesto muebles y alfombras patrimoniales, que a partir del primer trimestre de 2020 serán el escenario de las actividades de la nueva promoción de estudiantes, así como de cursos de formación continua para diplomáticos y eventos culturales de diversa índole.
Los alumnos serán seleccionados mediante un concurso al que en principio puede postular cualquier interesado con título universitario, si bien suelen interesarse aquellos que proceden del área de las relaciones internacionales y ciencias sociales.
"En este concurso de méritos y oposición esperamos seleccionar a 25 para graduarse como terceros secretarios", indicó a Efe Carlos Ernesto Rodríguez, miembro del área de estudios.
La reapertura de la Academia fue uno de los objetivos declarados del actual canciller ecuatoriano cuando asumió el cargo a mediados de 2018, y en los esfuerzos para recuperar la escuela de formación diplomática, Ecuador ha solicitado la cooperación internacional de instituciones análogas en España, Holanda, Chile, Perú y Brasil.
Los retos que enfrentarán los diplomáticos ecuatorianos del futuro demandan nuevas capacidades además del conocimiento de las diferentes materias de la ciencia diplomática, reconoce Suárez.
Entre ellos, el director de la institución menciona fenómenos actuales como "el migratorio, que en poco tiempo se ha vuelto dramático, los derechos humanos o el fortalecimiento de la diplomacia multilateral".