La llegada este viernes a La Paz de la denominada Delegación Argentina de Solidaridad con el Pueblo Boliviano estuvo envuelta en la polémica, con una seria advertencia del Gobierno interino de que "se anden con cuidado".
Los integrantes del grupo fueron recibidos en la noche hora local en el aeropuerto de la ciudad boliviana de Santa Cruz, en su escala hacia La Paz, por varias personas que les recriminaron su presencia acusándolos de "venir a molestar" e inmiscuirse políticamente en cuestiones internas de Bolivia.
DECLARACIONES CRUZADAS
La delegación respondió en su cuenta en Twitter que llega para "tomar testimonio de las diferentes violaciones a los Derechos Humanos que está sufriendo el pueblo boliviano", antes de reunirse en la ciudad boliviana de El Alto con víctimas en operativos militares y policiales.
El activista Juan Grabois pidió en la red social que el Gobierno argentino interceda ante las autoridades bolivianas para resguardar su seguridad, ante lo que calificó como una situación de "dictadura" en Bolivia por los "asesinados, mutilados y desaparecidos".
"Qué se anden con cuidado", advirtió el ministro interino de Gobierno (Interior) de Bolivia, Arturo Murillo.
"Los estamos mirando, los estamos siguiendo, estamos viendo lo que están haciendo", subrayó el ministro a los medios en La Paz.
Murillo aseguró que los integrantes de este grupo no son "mansas palomitas", sino que "tratan de incendiar" el ambiente en Bolivia.
"Se van a ver con la Policía, está atenta", aseveró, insistiendo en que "los estamos mirando muy de cerca".
EL CONFLICTO EN BOLIVIA
El conflicto desencadenado en Bolivia desde las pasadas elecciones del 20 de octubre costó la vida en actos violentos a 34 personas y otras 832 resultaron heridas, según datos de la Defensoría del Pueblo.
Entidades como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos han enviado delegaciones a Bolivia para estudiar la situación en el país, tras denuncias de muertes de civiles por disparos en operativos policiales y militares, que el Gobierno interino de Jeanine Áñez niega que los autores sean las fuerzas del orden.
Las protestas comenzaron al día siguiente de las elecciones, entre denuncias de fraude a favor de Evo Morales, que fue luego declarado vencedor para un cuarto mandato consecutivo.
El pasado 10 de noviembre la Organización de Estados Americanos advirtió de "graves irregularidades" en los comicios y Morales anunció su renuncia, forzado por las Fuerzas Armadas, para salir al día siguiente hacia México, donde está asilado.
Los operativos de fuerzas conjuntas de militares y policías comenzaron al día siguiente de anunciar la renuncia, ante el caos en el país en medio de un vacío de poder.
La renuncia de Morales ha sido calificada como "golpe de Estado" por varios Gobiernos y políticos latinoamericanos.
Otros países han reconocido al Ejecutivo interino de Jeanine Áñez, que asumió del poder de forma interina el pasado 12 de noviembre, mientras que parte de la comunidad internacional ha instado al diálogo sin pronunciarse sobre la crisis política en Bolivia.