La OTAN no se entiende sin el artículo 5. Lo ha dicho este miércoles en Bruselas la presidenta de la Comisión Europea y exministra de Defensa de Alemania, Ursula von der Leyen. El artículo 5 de la Alianza Atlántica es aquel que compromete a los Estados miembros a defender a uno de sus socios en caso de ser atacado por un tercer país.
El problema es que han pasado 70 años desde su redacción. Y ya hace 30 que se cayó el Muro de Berlín y desapareció el Ejército Rojo. Es decir, a día de hoy... ¿Quién es ese tercer país del que defender a un socio?
No existe como tal.
Es la reflexión que ha introducido por la fuerza Emmanuel Macron hace unos días al señalar que la OTAN se encontraba en "muerte cerebral". El diagnóstico no ha sido secundado públicamente por nadie. Al revés, algunos, como Boris Johnson o la propia Von der Leyen, se han apresurado a definir a la OTAN como la "organización más exitosa del mundo" por su capacidad para sobrevivir tras la desaparición del motivo de su creación: la URSS y el bloque soviético.
Macron ha llegado con un libretto bajo el brazo que ha repetido varias veces: "Hay que definir cuál es la estrategia de la OTAN, cuáles son y cuáles no son los grupos terroristas, hay que protegerse de los ciberataques y no puede ser que Turquía compre armas a Rusia".
El presidente francés, en vísperas de una huelga general que se prevé potente, con media UE dolida –sobre todo el PPE– por cómo arruinó el proceso de los spitzenkandidaten; por la otra media mosqueada por cómo les abandonó –los socialdemócratas– para colocar a Christine Lagarde en el BCE, ha aguantado el tirón en Londres ante el malestar evidente de Donald Trump: "Me disgusta lo que ha dicho, es una falta de respeto para los otros 28 países de la OTAN. Entiendo que tiene problemas en su país, pero esto no me gusta nada".
Pero, al final, la consecuencia del ruido, es el punto 7 de la Declaración de Londres:
"Teniendo en cuenta el entorno estratégico en evolución, invitamos al Secretario General a presentar a los Ministros de Relaciones Exteriores una propuesta acordada por el Consejo para un proceso de reflexión bajo sus auspicios, aprovechando su experiencia, para fortalecer aún más la dimensión política de la OTAN".
La clave son cuatro palabras: "Un proceso de reflexión".
Ese es el triunfo que se llevará Emmanuel Macron de esta cumbre, aunque está por ver en qué queda. Pero eso será dentro de semanas o meses, y quizá ya no se hable de la "muerte cerebral de la OTAN"; o de la salida unilateral de EEUU de la frontera turca; o de la incursión unilateral turca en Siria; o de la consideración de terrorista de Ankara de un grupo kurdo que visitó el Elíseo; o que Turquía compre misiles a Rusia y además amenace con no apoyar a los países Bálticos.
O quizá no. O quizá nada de esto se olvide.
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha difundido un comunicado en el que afirma que ha hecho un llamamiento a "la modernización de la OTAN": "Ya no hay retos de seguridad que amenacen a un único país y por ello estamos obligados a comprometernos con soluciones consensuadas a través de un multilateralismo reforzado y eficaz".
Según el comunicado, "el presidente ha pedido impulsar una reflexión sobre el futuro de la Alianza, desde la cohesión y unidad, que determine cómo debe ser la OTAN que queremos para las próximas décadas".
"Sólo desde esta reflexión podremos seguir siendo útiles a nuestros ciudadanos", ha dicho en su discurso Pedro Sánchez, según la nota de Moncloa.