El general Ahmed Gaïd Salah, comandante jefe del Ejército y hombre fuerte de Argelia desde la forzada renuncia de Abdelaziz Bouteflika como mandatario, propuso hoy que la comisión electoral se reúna en los próximos días a fin de que puedan convocarse comicios presidenciales antes de final de año.
En declaraciones divulgadas por la prensa local, el militar consideró "oportuno" que la comisión se reúna en torno al próximo 15 de septiembre, lo que permitiría que las comicios se celebraran el 15 de diciembre.
Argelia vive en una suerte de vacío de poder desde que en junio pasado expirara el plazo de 90 días concedido por la Constitución al presidente interino, Abdelkader Bensalah, para la convocatoria de las elecciones.
Bensalah, que la igual que Gaïd Salah, accedió a su cargo como presidente del Senado al inicio de la segunda legislatura de Bouteflika (2004-2009), se mantiene al frente de la jefatura del Estado, pese a las dudas legales que suscita.
"En una intervención anterior había mencionado la prioridad de comenzar seriamente con los preparativos para las presidenciales y confirmo hoy que consideramos apropiado convocar al cuerpo electoral el 15 de septiembre para que las elecciones pueden celebrarse dentro de los plazos establecidos por la ley", afirmó Salah.
"Plazos razonables y aceptables que responden a una demanda popular insistente ", explicó durante una visita de trabajo e inspección al cuarto Distrito Militar, que engloba parte de la frontera este con Túnez.
Para hacer realidad esta hoja de ruta, Gaïd Salah, que también ejerce de viceministro de Defensa, pidió el "establecimiento rápido de un organismo nacional independiente para la preparación, organización y seguimiento de las elecciones, que supervisará todas las etapas del proceso electoral".
En esta línea, recomendó a las partes interesadas que revisen "algunos textos de la ley electoral para adaptarlos a los requisitos de la situación actual", aunque se mostró contrario a "una revisión total y profunda que afectaría a todos los textos, como afirman algunos, lo que llevaría mucho tiempo".
Gaïd Salah alabó, asimismo, "los esfuerzos realizados por el organismo nacional de mediación y diálogo", y aplaudió "los resultados alentadores que ha logrado en tan poco tiempo, en el camino del diálogo serio, constructivo y objetivo".
Aprovechó para criticar a aquellos que denuncian que el Ejercito es el verdadero poder fáctico en Argelia, país que ha estado presidido por militares desde la independencia de Francia en 1962, a excepción de los veinte años de gobierno Bouteflika.
"Han omitido a sabiendas que Argelia con su ilustre historia, su gente valiente y sus posiciones de liderazgo e inmutables es el ejemplo a seguir y no al contrario. Este es otro intento inútil de meter al Ejército en el atolladero de la política", afirmó.
Argelia es escenario de manifestaciones populares masivas todos los viernes y martes desde que el pasado 22 de febrero un grupo de jóvenes desafiaran a las fuerzas de seguridad y salieran a las calles para oponerse a un quinto mandato de Bouteflika, gravemente enfermo desde 2013.
El mandatario, de 81 años, renunció a su puesto a principios de abril forzado por las protestas y por la presión del propio Salah, al que Bouteflika nombró jefe del Ejército en 2004 y que siempre formó parte de su círculo.
Pese a su renuncia, las manifestaciones masivas han continuado en el país para exigir la caída de todo el régimen argelino, incluido el propio Salah.
Para este mismo martes y el próximo viernes están convocadas nuevas movilizaciones masivas.
Tras la renuncia, Gaïd Salah ha impulsado una campaña de "manos limpias" que ha llevado a la cárcel a militares, políticos, ministros y empresarios próximos al clan Bouteflika, entre ellos su hermano Said y el general Mohamad Mediane "Tawfik", jefe de los servicios secretos al que se consideraba su sucesor.
Todos ellos han sido acusados de delitos de corrupción, principal denuncia de los manifestantes contra el régimen.