La premio Nobel de la Paz y líder de Myanmar (antigua Birmania), Aung San Suu Kyi, defendió este miércoles en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) la actuación del Ejército de su país contra la minoría musulmana rohinyá, a pesar de las acusaciones de genocidio.
"Se han implementado medidas de seguridad en la zona de conflicto", dijo ante un panel de 17 jueces la consejera de Estado de Myanmar, que aseguró que "en su país no se toleran las violaciones de derechos humanos".
Suu Kyi definió como "conflicto armado interno" los enfrentamientos en el estado de Rakhine, al oeste del país, y describió varios ataques a los que han hecho frente varias comisarías de policía, que habrían tenido como objetivo a miles de agentes.
En tal sentido explicó que el término "operaciones de limpieza" utilizado por los militares para las actuaciones de respuesta en Rakhine "ha sido distorsionado", porque "en la lengua de Myanmar significa "liberación de localidades en busca de terroristas".
Según Suu Kyi, el alto tribunal de la ONU no debe intervenir porque Birmania ya ha puesto en marcha tribunales que juzgan las actuaciones más polémicas del Ejército.
"Si los militares han cometido delitos, serán procesados por la Justicia militar, tal y como dice la Constitución de Myanmar", aseguró.
"¿Cómo puede haber un intento de genocidio, si estas medidas se han puesto en marcha en Rakhine?", se preguntó en voz alta la consejera de Estado birmana.
Gambia presentó este martes, con el apoyo de los 57 países de la Organización para la Cooperación Islámica, la denuncia contra Myanmar basándose en la Convención contra el Genocidio y pidió la implementación de medidas cautelares para proteger a los rohinyás.
"Pedimos al tribunal que no las aplique porque podrían agravar el conflicto", adviritió Suu Kyi.