Los líderes de la Unión Europea (UE) acordaron este jueves prolongar seis meses más las sanciones económicas impuestas a Rusia por su papel en la crisis separatista en el este de Ucrania y por no haber aplicado en su totalidad los acuerdos de paz de Minsk.
Los líderes, reunidos en una cumbre en Bruselas, escucharon de la canciller alemana, Angela Merkel, y del presidente francés, Emmanuel Macron, la situación de la aplicación del acuerdo de paz de Minsk en esa región como participantes del llamado grupo de Normandía, junto a Kiev y Moscú.
Precisamente, los mandatarios francés y alemana se reunieron esta semana en París en una cumbre con los presidentes de Rusia y de Ucrania, Vladímir Putin y Vladímir Zelenski, respectivamente, quienes se comprometieron a obrar para que pueda darse un cumplimiento completo del alto el fuego en el este ucraniano y un canje de todos los prisioneros antes de finales de año.
Sin embargo, por el momento los acuerdos de Minsk siguen sin implementarse en su totalidad y, por ese motivo, los líderes respaldaron prolongar dichas sanciones -que en principio vencían el próximo 31 de enero-, fecha hasta la que tiene de plazo el Consejo de la UE para formalizar el acuerdo político adoptado hoy y publicar las actas legales necesarias para la renovación de las medidas restrictivas.
La UE condiciona el fin de las sanciones económicas a Rusia a la aplicación total del acuerdo de Minsk, que incluye la retirada de armamento pesado o el respeto al alto el fuego.
Esas sanciones fueron introducidas por la Unión el 31 de julio de 2014, inicialmente por un período de un año, en respuesta a las acciones emprendidas por Rusia en Ucrania.
A continuación, se reforzaron en septiembre de ese mismo año y, desde entonces, se han ido prorrogando.
Las sanciones están centradas en los sectores de las finanzas, la energía y la defensa.
En concreto, las medidas restrictivas limitan el acceso a los mercados de capitales primario y secundario de la UE para determinados bancos y empresas rusas.
También imponen una prohibición de exportación e importación de armas y vetan la exportación de productos de doble uso, bien para uso militar o para usuarios finales militares en Rusia.
Las sanciones, además, restringen el acceso de Moscú a determinadas tecnologías y servicios sensibles que pueden utilizarse para la exploración y la producción petroleras.