Los responsables de Exteriores de la Unión Europea (UE) y de China, Josep Borrell y Wang Yi, chocaron hoy en Madrid sobre la cuestión de los derechos humanos y la situación en Hong Kong y la región china de Xinjiang, donde viven los musulmanes de la etnia uigur.
"Vamos a tratar todos los asuntos, incluso los que disgustan, los asuntos en los que no estamos siempre de acuerdo. Vamos a tratar, cómo no, comentar la situación en Hong Kong y Xinjiang", afirmó Borrell en una declaración conjunta con Wang.
Ambos hablaron, sin preguntas, tras su primera reunión después de que el político español accedió este mes al puesto de alto representante de la UE para Política Exterior y Seguridad Común.
El encuentro tuvo lugar en el marco de la reunión de ministros de Exteriores del foro ASEM (UE y Asia) que se celebra mañana lunes en Madrid.
Wang, por su parte, dejó claro que "nos oponemos a las acciones de la UE destinadas a interferir en asuntos de China, incluyendo en Xinjiang" y otros puntos.
El ministro chino de Exteriores apeló a "respetar el principio de no interferir en asuntos internos" de otros países, algo que, recordó, recoge la Carta de la ONU.
"Es natural que tengamos algunas diferencias, pero no dejemos que esas diferencias perjudiquen a nuestra relación", recalcó.
Aparte de estas diferencias sobre Hong Kong y las protestas a favor de la democracia y Xinjiang, donde el régimen chino ha creado una red de centros de internamiento y reeducación para la población musulmana de etnia uigur, oficialmente para combatir el terrorismo islamista, Borrell y Wang apostaron por continuar la buena marcha de la relación política y económica entre Bruselas y Pekín.
Borrell, que llamó a Wang "viejo amigo", recordó que ambas partes tienen previsto celebrar dos cumbres durante el próximo año: la normal de líderes prevista en Pekín y otra, especial, que reuniría en la ciudad alemana de Leipzig al presidente chino, Xi Jinping, con los jefes de Estado y Gobierno de todos los países de la UE.
Por ello, apostó por aumentar el alcance de la relación bilateral, para que alcance también los derechos humanos.
El responsable europeo recalcó la importancia de que China y la UE trabajen juntos para buscar soluciones a asuntos de importancia global, como el cambio climático o el acuerdo nuclear con Irán.
Wang señaló por su parte el objetivo de Pekín de dar un "fuerte impulso" a la cooperación bilateral, por ejemplo en el intento de finalizar el año próximo el acuerdo sobre inversiones que la UE y China llevan negociando desde hace años.
Además, Pekín espera abrir "nuevas áreas" a la cooperación bilateral, como en cambio climático o economía digital, y formular en 2020, cuando se cumplen los 45 años de las relaciones UE-China, un nuevo mapa de a dónde debe ir la cooperación en los próximos cinco años, recalcó el ministro chino.
La base de la relación tiene una parte fundamentalmente económica. Borrell recalcó en este sentido que el comercio UE-China mueve cada día más de mil millones de euros.
Wang precisó que las exportaciones a su país generan en la Unión cuatro millones de empleos, y que los fabricantes europeos de automóviles producen cada año en China siete millones de unidades.