La encargada de negocios de Estados Unidos en Cuba, Mara Tekach, acusada por las autoridades de la isla de promover y dirigir a disidentes, continuará "abogando por un gobierno responsable para el pueblo cubano, que no quiere más que libertad y prosperidad".
Tekach, en declaraciones difundidas este lunes por la cuenta oficial de Twitter de la Embajada de EE.UU. en La Habana, afirmó que sigue "muy preocupada por los más de cien presos políticos en Cuba, el daño que pudiera ocurrirles y la falta de un debido proceso".
"Como representante de los EE.UU en Cuba, continuaré abogando por un gobierno responsable para el pueblo cubano, que no quiere más que libertad y prosperidad", señaló la diplomática, quien también hizo mención a una reciente reunión con el Ministerio cubano de Exteriores.
Ese encuentro tuvo lugar el pasado 20 de diciembre y en él el director de Temas Bilaterales de la Dirección General de EE.UU. de la Cancillería cubana, Yuri Gala, expresó a Tekach la "insatisfacción" de Cuba por la "conducta y trayectoria deplorables" de EE.UU., según reveló el funcionario en Twitter.
Este lunes la jefa de la misión estadounidense precisó que fue ella quien solicitó la reunión, en la cual reiteró a su interlocutor "la preocupación de los EE.UU por abusos a los derechos humanos" y solicitó "la liberación inmediata de todos los presos políticos".
Entre ellos hizo mención al líder de la organización disidente Unión Patriótica de Cuba (Unpacu), José Daniel Ferrer, "quien lleva 80 días de detención ilegal".
El intercambio ocurrido en la Cancillería cubana tuvo lugar en medio de una renovada tensión entre los dos países, que iniciaron un fallido "deshielo" en diciembre de 2014, impulsado por los expresidentes Barack Obama y Raúl Castro, y truncado por la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca en 2017.
Ambos países han endurecido su retórica en los últimos meses. EE.UU acusa a Cuba de "abusos y violaciones de derechos humanos" contra disidentes y de promover las protestas en la región.
Mientras, La Habana culpa a su vecino de intentar asfixiar su frágil economía con medidas punitivas y el recrudecimiento del embargo, políticas que repercuten directamente en el bienestar de la población.
En noviembre el diario cubano Granma, el más importante del país y órgano oficial de comunicación del gobernante Partido Comunista, acusó a Tekach de difundir "mentiras" sobre presuntas torturas a Ferrer y de "orientar y financiar" las acciones del opositor.
Poco después, el secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, salió en defensa de la diplomática con un duro comunicado en el que tachó de "acusaciones infundadas" las acusaciones de La Habana, en un "intento de distraer" al mundo de su trato "horrendo" a opositores.
Desde la reapertura mutua de embajadas en julio de 2015, la misión estadounidense en La Habana funciona a nivel de encargado de negocios debido a que el Congreso de ese país aún no ha designado embajador. Por el contrario, Cuba sí mantiene un embajador en Washington.
La Embajada de EE.UU. en la isla funciona con el personal mínimo desde que el Gobierno de ese país ordenara el cierre del Consulado y otros departamentos tras los misteriosos incidentes de salud que afectaron a una veintena de sus diplomáticos, por causas aún sin explicar.