"Vladimir Putin desea a la población siria una feliz navidad y próspero año nuevo". Así presenta el grupo sirio Kesh Malek el vídeo que muestra los efectos de los últimos ataques rusos contra Idlib, al norte de Siria. Unos ataques que sólo en los últimos días han causado cientos de víctimas y decenas de miles de desplazados.
Entre los grupos de desplazados se encuentra Amir Almuarri, un joven rapero sirio de la ciudad de Maarat al Numan (conocida coloquialmente como Maara) que ha ganado popularidad con su último vídeo, 'Contra todos los frentes', en el que muestra el sufrimiento de la población siria, atrapada entre los intereses de las grandes potencias y la presión de grupos locales.
"El martes pasado un misil alcanzó la casa en la que vivíamos, en Maara", nos cuenta Almuarri, de veinte años, en conversación telefónica. "El impacto hizo estallar los cristales y se llevó parte de la fachada. Nos fuimos inmediatamente, con lo puesto, dejando todo atrás por miedo a que cayese otro misil".
No es la primera vez que el joven se ve obligado a abandonar su hogar junto a su familia, a medida que los bombardeos se cebaban con la población civil del norte del país. "He perdido la cuenta de las veces que hemos sido desplazados desde 2011", afirma Almuarri. "Nosotros tenemos un coche, pero mucha gente se ve obligada a irse caminando, cargando sus pertenencias y sin ningún lugar adonde ir".
Según Naciones Unidas, en la región de Idlib viven alrededor de tres millones de personas, entre ellos un millón de niños y niñas. Alrededor de un 40 por ciento de estas personas son desplazadas de otras zonas controladas por grupos de oposición, obligadas a abandonar sus hogares tras bombardeos anteriores.
Para la mayoría de estas personas la situación es cada vez más extrema. "Los parques de los alrededores de Maarat se llenan de familias hacinadas en campamentos improvisados, a temperaturas que bajan de los cero grados durante la noche", describe Almuarri. "Muchas de ellas llevan días sin comida ni medicamentos. Algunas intentan cruzar a Turquía, pese a que muchas de las que lo han intentado han sido abatidas durante el camino."
Maarat al Numan, reducto de la Siria revolucionariaAlmuarri y su familia forman parte de las decenas de miles de personas desplazadas tras la última ofensiva del régimen sirio y su aliado ruso en el norte de Siria. Una ofensiva, centrada desde el 16 de diciembre en la ciudad de Maarat al Numan (punto estratégico que conecta Damasco con Alepo), con la que el régimen busca recuperar el control del norte del país.
La historia reciente de esta ciudad refleja las distintas etapas que ha vivido Siria desde el inicio de las protestas que sacudieron el país y la región en la primavera de 2011. Una fuerte oposición al régimen de Asad y cruentos enfrentamientos entre el régimen y el Ejército Sirio Libre llevaron a la liberación de la ciudad a finales de ese año. Desde entonces, la ciudad ha vivido represalias intermitentes por parte de las fuerzas del régimen y su aliado ruso, en un contexto de impunidad creciente en el que los bombardeos se han cebado con núcleos de población civil como hospitales y mercados. A los ataques aéreos se han sumado los intentos de grupos como Organización para la Conquista del Levante (HTS en sus siglas en inglés, una escisión de Al Qaeda) de imponer su agenda sobre la población local. La resistencia local contra las distintas formas de control, el de Asad por un lado y de grupos extremistas por otro, hace que a la ciudad se la conozca entre activistas sirios como uno de los reductos de la revolución siria.
En su última canción, Almuarri, que eligió su apodo en homenaje al filósofo y poeta ciego Abul Alaa Almuarri, nacido en su misma ciudad en el siglo X, hace un repaso de esa historia reciente y señala a todos los responsables del sufrimiento de la población siria. Desde Asad y sus aliados rusos e iraníes hasta los grupos extremistas que han ido ganando control en la zona, pasando por el gobierno de Turquía, adonde su hermano trataba de huir cuando fue abatido al cruzar el paso fronterizo, en abril de 2018.
El enésimo desplazamiento de Almuarri y su familia ha truncado, de momento, el deseo del joven rapero de lanzar su próximo vídeo. Cuenta con la solidaridad de músicos como Mari Marisol, la artista de hip-hop rusa que en su última canción denuncia los bombardeos rusos contra la población civil siria.
"Desde Idlib agradecemos a quienes, desde Rusia y el resto del mundo, no miran para otro lado", asegura Almuarri.