Un equipo de abogados multinacional ha denunciado que la docena de norcoreanas que trabajaban en China y protagonizaron una sonada deserción en abril de 2016 fueron "engañadas y secuestradas" para ser llevadas a Corea del Sur.
El equipo, formado por miembros de la organización de juristas de corte progresista Asociación Internacional de Abogados Demócratas y por integrantes de la Confederación de Abogados de Asia y el Pacífico, publicó a última hora del miércoles un escrito que recogen hoy medios surcoreanos con las conclusiones de su investigación realizada en ambas Coreas.
En el Sur, los abogados se reunieron con representantes de la Comisión Nacional de Derechos Humanos de Corea (NHRCK) y de la oficina en Seúl del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, así como con periodistas de la cadena de televisión surcoreana JTBC, que destapó muchos detalles del caso en 2017.
El grupo, que ha denunciado que el Gobierno de Seúl no les ha permitido reunirse con las 12 mujeres, se reunió a su vez en el Norte con familiares de las mismas y con compañeras que trabajaron con ellas en China.
El documento publicado asegura que las 12, que trabajaban en un restaurante operado por el régimen norcoreano en la ciudad china de Ningbo (costa oriental), fueron engañadas por el gerente, Heo Kang-il, para viajar a Malasia, donde fueron después dirigidas a la embajada surcoreana en Kuala Lumpur para desertar.
El Ejecutivo conservador de Park Geun-hye, que entonces gobernaba en Corea del Sur, publicitó el caso como una "deserción masiva" apenas días antes de unas elecciones legislativas clave para su formación política.
Tras empezar a conocerse detalles del caso, se ha acusado a los servicios de espionaje surcoreanos de orquestar la operación para que la Administración Park se apuntara un tanto a nivel propagandístico justo antes de los comicios.
Esta tesis cobró fuerza después de que el propio Heo asegurara un año después de la deserción en una entrevista concedida a JTBC que operativos surcoreanos le obligaron a "amenazar" al personal del local para que huyera con él,
Por su parte, el relator de la ONU para la situación de los Derechos Humanos en Corea del Norte, Tomás Ojea Quintana, ha asegurado que varias camareras le contaron personalmente que "fueron llevadas a Corea del Sur sin saber a dónde iban".
El grupo multinacional de abogados considera que las camareras fueron separadas de sus familias contra su voluntad y que sus derechos básicos fueron violados.
Se denuncia también que el Gobierno surcoreano no ha ayudado a ninguna de las mujeres a ponerse en contacto con sus familiares en el Corea del Norte y que la NHRCK ha retrasado la publicación de sus averiguaciones sobre el caso.
Los abogados planean presentar el informe ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU a final de mes.