Con su decisión de disolver la Asamblea Nacional y convocar elecciones legislativas para los próximos 30 de junio y 7 de julio, Emmanuel Macron espera desestabilizar al resto de fuerzas políticas y obligarlas a organizarse de cara a una campaña relámpago de solo dos semanas. El pasado domingo 16 de junio era la fecha límite para la inscripción de candidaturas, un plazo extremadamente corto con el que el presidente francés buscaba ampliar en las fracturas de la derecha gaullista y en la división de la izquierda, complicando la tarea de elaborar listas únicas de candidatos para los 577 escaños que están en juego en los comicios.