Los últimos meses han sido un auténtico caos político en el Gobierno portugués. A pesar de que la mayoría absoluta obtenida por los socialistas en las elecciones anticipadas de enero de 2022 hacía pensar en un escenario de legislatura estable, 13 miembros del Gobierno ya se han marchado en poco más de un año en el cargo.
El caso más relevante surge a partir de la Comisión Parlamentaria de Investigación sobre la gestión política de la aerolínea pública TAP. Después de un desencuentro entre el ministro de Infraestructuras, João Galamba, y el exasesor Frederico Pinheiro, se produjeron enfrentamientos en pleno ministerio y una intervención de los servicios secretos para recuperar un ordenador con información sensible sobre la compañía aérea.