El vuelo de Ryanair 4978 había salido el domingo de Atenas y estaba a punto de entrar en Lituania. Su destino: la capital, Vilna. De pronto, el piloto hace un giro de casi 180 grados y unos 15 minutos después anuncia por megafonía que el avión ha sido desviado y aterrizará en Minsk, Bielorrusia. Un avión de combate aparece en el cielo para escoltar la aeronave hasta su nuevo destino.
Roman Protasevich, un periodista y activista bielorruso de 26 años –los mismos que lleva Alexandr Lukashenko en el poder–, "entró en pánico", según describió posteriormente Marius Rutkauskas, un pasajero que se sentaba en la fila de delante.
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