Las protestas contra el racismo, que comenzaron en EEUU y ahora se han extendido por todo el mundo, tras la muerte a manos de la policía de George Floyd tienen un gesto que se ha repetido entre los manifestantes y entre figuras políticas como el presidente de Canadá, Justin Trudeau, y la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, o incluso algunos agentes de policía: arrodillarse.
Este gesto, que ahora se ha convertido en un símbolo de las protestas se popularizó ya en 2016 cuando el jugador de la liga profesional de fútbol americano (NFL) Colin Kaepernick, quarterback del equipo San Francisco 49ers, decidió arrodillarse en lugar de mantenerse en pie mientras sonaba el himno de EEUU antes de un partido.