El lema Black Lives Matter continúa inundando las calles de EEUU y, lejos de perder fuerza, este sábado Washington ha vivido una de las manifestaciones más multitudinarias de las celebradas contra el racismo y la violencia policial desatadas tras la muerte de George Floyd a manos de un policía.
La llamada Marcha de Washington reunió a unas 250.000 personas, de las que un 70 u 80 % eran afroamericanos, de acuerdo con la Administración Nacional de Archivos y Registros. También se dieron protestas frente a la Casa Blanca, rodeada de una alta verja negra en la que los activistas colocaron letreros de colores en los que se leían lemas como Quiten los fondos a la Policía o dejen de criminalizar las protestas.