"Cuando conseguí mi primer contrato editorial apenas tenía como lectores a Dennis Cooper y mi psiquiatra. Nunca dije que quisiera ser escritor. Yo sólo quería ser prostituta. ¡Pero terminé siendo mejor escritor que prostituta!", dijo J.T. LeRoy durante una rueda de prensa en una gira por Europa en 2002. Para entonces ya era una de esas celebridades fulgurantes del mundo literario, alguien que había dejado de ser un secreto a voces para convertirse en un autor consagrado, esos que hay que leer, según repiten otros escritores, críticos, periodistas y las particulares celebridades de ese entorno.