Algunos le llaman "ambigüedad constructiva". Otros hablan de significantes flotantes. Son aquellos términos y expresiones que no significan lo mismo en función de quién los lea. Salvo que se les empiece a poner apellidos.
Es lo que ha pasado con la resolución aprobada este viernes en el Parlamento Europeo. El texto fue previamente pactado por populares, socialistas, verdes y liberales. "Cada palabra costaba un día", explicaba Luis Garicano, uno de las personas que han participado en su redacción. Y justamente un día es el tiempo que se ha necesitado para que los verdes se hayan descolgado de un texto que firmaban y en el que se piden "bonos europeos para la recuperación garantizados por el presupuesto de la UE".