Valentina Miranda tiene 19 años y vive en Lo Espejo, una comuna de la periferia sur de Santiago de Chile a 50 minutos en transporte público del centro de secundaria Liceo 7, donde estudia cuarto curso. El pasado 14 de octubre, Valentina fue una de los centenares de estudiantes que participaron en las acciones colectivas para colarse en el metro de Santiago en protesta por la subida del precio del billete del suburbano.
Este incremento de 30 pesos, hasta situarse en los 830 (unos 1,2 dólares), a pesar de no afectar de forma directa a los estudiantes de secundaria al no influir a su franja horaria habitual de viaje, desató la oleada de protestas promovidas por estos jóvenes que ha revolucionado el país.
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