Excusas como "voy aquí al lado o no te preocupes que voy despacio" seguramente habrán estado detrás de muchos de los accidentes mortales de tráfico en los que haya estado implicado un conductor bebido o drogado en España.
En 2019 perdieron la vida en las carreteras españolas 1.098 personas, un 7,8% menos que un año antes, lo que ha supuesto todo un hito que no se producía desde 2015 (en el que hubo 1.131 víctimas mortales).
Según la Dirección General de Tráfico (DGT), los análisis toxicológicos realizados a 751 personas fallecidas en accidente de tráfico en 2018 (535 conductores, 143 peatones y 73 acompañantes) revelaron que más del 40 % de los conductores iba borracho o drogado.
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