En la primavera de 2017, el consejero delegado de Orange, Stephane Richard, lanzó un mensaje claro: "A partir de ahora, Orange es ya un banco". Entonces, lanzaron Orange Bank en Francia. Dos años después, comienza a funcionar la versión española. Tras conseguir la licencia del Banco de España el pasado abril, la operadora telefónica desembarca en un sector inmerso en un proceso de digitalización, con irrupción de nuevos actores y la amenaza constante de que las grandes tecnológicas como Google o Facebook también decidan unirse.
Un nuevo banco 100% móvil, que ofrece exclusivamente a los clientes de Orange una cuenta corriente con IBAN español, sin comisiones de apertura y mantenimiento, sin permanencia, con una remuneración del 1% TIN para depósitos de hasta 20.000 euros y una tarjeta de débito.