Todas las fusiones de los bancos han conllevado reestructuraciones, cierres de sucursales y despidos. Es un proceso casi continuo desde hace algo más de una década, cuando el pinchazo de la burbuja inmobiliaria derivó en la crisis financiera, los rescates a la banca y las integraciones.
Ahora, con la oferta de compra (opa) hostil de BBVA sobre Sabadell sobre la mesa y la posible fusión de las dos entidades, esa perspectiva vuelve a estar en el horizonte.