Krista Perry, una diseñadora de Massachussetts, navegaba por la aplicación de Shein, el gigante chino del fast fashion, cuando se encontró con uno de sus diseños, con la expresión "Make it Fun", que estaba siendo comercializado en forma de póster sin su permiso. Tiempo después, se dio cuenta de que la compañía había estado sacando provecho de otro de sus trabajos, una alfombra con diseño floral. Indignada, contactó a la compañía para pedir explicaciones, y esta se ofreció a pagarle 500 dólares para calmar su enfado por los robos.
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