Perú ha hecho un "uso excesivo y letal de la fuerza" impulsado por un "marcado sesgo racista" contra una población mayoritariamente indígena y campesina, según ha concluido Amnistía Internacional (AI), tras una investigación sobre más de dos meses de protestas antigubernamentales que se han cobrado al menos 60 vidas.
La organización ha denunciado que, durante las protestas antigubernamentales en Perú, ha habido "ataques generalizados" hacia la población por parte de las fuerzas del orden y que la "grave crisis de derechos humanos" que vive el país ha sido alimentada por el racismo y la criminalización contra comunidades indígenas y campesinas.