Silvio Berlusconi lo ha vuelto a hacer. El líder de Forza Italia ha vuelto a dejar al descubierto las costuras del Gobierno de coalición en el que está obligado al papel de gregario de la ultraderecha. Un papel que le incomoda, al que no está acostumbrado y al que, a sus 86 años, no parece querer resignarse. Así que este domingo, después de votar para las elecciones regionales en Lombardia, decidió prender la mecha que causa el enésimo incendio en el Gobierno de Giorgia Meloni.