Para los lectores habituales, el día del libro son todos los días. Pero algo especial que tiene Sant Jordi y el Día del Libro es su carácter de invitación o introducción a la lectura, gracias a la costumbre de regalar un libro (y una rosa en Catalunya). En abril, la masa de lectores y lectoras se amplía siempre un poquito más. Es un acto generoso, divertido pero también complejo. Regalar es un acto de cariño donde entran en juego los intereses propios y los ajenos.
A veces no viene mal un poquito de ayuda, sobre todo para salirse de lo obvio y evitar un embarazoso "este ya lo tengo".
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