¿Para qué sirve un meme? Para hacernos reír. Es lo primero que pensamos al evocar este código específico que engloba aspectos fundamentales de la cultura digital contemporánea: intertextualidad, inmediatez y do it yourself. Pero un meme también puede trascender su función humorística y convertirse en una potente herramienta de divulgación y activismo. Lo saben @culomala, @fluorrazepam y @feminismoen8bits, tres creadoras que utilizan Instagram como plataforma para concienciar sobre salud mental, relaciones tóxicas y machismo en los videojuegos.
Aunque estén centradas en distintos temas, sus cuentas, seguidas mayormente por mujeres, tienen puntos en común: mensajes con un enfoque feminista, un estilo directo y una estética muy representativa, con referencias que van del anime a los videojuegos.