La Sareb, el ‘banco malo’ que aglutinó en 2012 los activos inmobiliarios fallidos de la banca tras el pinchazo de la burbuja inmobiliaria sigue ahondando en sus números rojos. Cerró el pasado ejercicio con unas pérdidas por valor de 2.198 millones de euros. Es un suma y sigue porque es un 46% más que el año anterior, cuando ya perdió 1.506 millones; y más que en 2021, cuando perdió 1.626 millones de euros.