Las nuevas reglas fiscales que ha diseñado la Unión Europea conllevarán que España tenga que apretarse el cinturón, aunque no será el único país que tendrá que hacerlo. Los socios europeos aprobaron hace meses la nueva hoja de ruta en materia de disciplina fiscal, para contener el déficit por debajo del 3% y que la deuda pública no supere el 60%.