Desde el shock de la COVID en 2020, una de las principales cuestiones económicas ha sido cuándo y qué países recuperaban el nivel de PIB (Producto interior bruto) previo a la pandemia. Es decir, cuándo y quién volvía a normalizar la actividad en términos agregados. En esta carrera, apenas se ha atendido a si esa recuperación se distribuía igualmente entre los más ricos y los más pobres o si dañaba más o menos al medioambiente.
No es una sorpresa. El análisis dominante del crecimiento económico nunca se ha detenido en estas cuestiones.