España es el único país de la UE en el que las mesas electorales están compuestas sólo por ciudadanos corrientes, elegidos al azar y obligados por ley a prestar este servicio. Los sistemas más parecidos al español son los de Grecia y Bélgica, pero en la abrumadora mayoría de Europa los colegios electorales están gestionados por funcionarios, empleados, voluntarios o personas propuestas por partidos políticos.
El sistema español supone que cualquier persona con derecho a voto menor de 70 años puede ser convocada el día de las elecciones para formar las mesas que recogen las papeletas y las cuentan.
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