La llegada de Mauricio Macri al gobierno argentino en diciembre de 2015 fue leída en el mundo de la comunicación política como un triunfo de las campañas microsegmentadas en redes sociales. Facebook incluso se ufanó de haberlo llevado "a la Casa Rosada de la mano" en una promoción de sus servicios para empresas que aún está online. Y hasta Cambridge Analytica, la compañía señalada por haber influido en la victoria de Donald Trump en EEUU y la definición del Brexit, se colgó una medalla por el caso argentino.
Sin embargo, la contundente derrota en las primarias de agosto reabre el debate sobre la efectividad de estas herramientas o, al menos, sobre su omnipotencia.
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