"En Turkmenistán se producen tantas violaciones de los derechos humanos que es complicado referirse solo a algunas de ellas", asegura Rachel Denber, la experta en la zona de la organización Human Rights Watch. "No se respeta ninguna libertad fundamental: expresión, asociación, prensa, reunión, religión… Existe un control total de la vida de la gente". Un control que se traduce en una población uniformada y semimilitarizada.
Desde los estudiantes hasta la mayor parte de los empleados públicos están obligados a vestir con un determinado atuendo, aunque son las mujeres las que sufren especialmente los caprichos estéticos de sus gobernantes. Pelo largo recogido en dos trenzas y traje tradicional verde, para las escolares, o rojo, para las universitarias.
Leer más: Dentro de Turkmenistán: siempre a la orden en el país líder mundial en represión